¿CÓMO LLEGAN LOS PARTIDOS AL 26-J?

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Ha pasado solo medio año desde las últimas elecciones pero eso en política suele ser un mundo y de hecho la situación de las formaciones políticas ha variado.

Lo más relevante de entrada es la unión de Podemos e IU o la fagocitacion de la segunda por el primero, según se mire, pues se pasa de haber cinco fuerzas en liza a cuatro. Esto ha trastocado en parte el equilibro de fuerzas.

Los cuatro partidos llamados a protagonizar la próxima cita con las urnas son PP, PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos. Veamos cómo llega cada uno al 26-J.

El PP llega fortalecido por varios factores. Ha sido el que menos desgaste ha tenido en las fracasadas negociaciones para conformar gobierno y tanto la decisión de bloquearle a la hora de llegar a un acuerdo y que Ciudadanos haya pactado con el PSOE, le hace ganar puntos a nivel del electorado de derechas y en parte del centrista. También la gran unidad interna que aparenta tener da confianza a su electorado favoreciendo así el voto como opción sería. Los escándalos de corrupción no le afectan tanto debido a la desafección general hacia toda la clase política y porque es algo que lleva años sobre la mesa perdiendo su efecto mediático.
Pero lo que más beneficia al partido azul es la polarización ideológica de la campaña electoral por la hipotética suma de Podemos e IU, que según los resultados del 20-D superaría al PSOE. Esa posibilidad hace que el PP aparezca como la opción que puede frenar a la formación de Pablo Iglesias. Eso es lo que está explotando el partido con sede nacional en Génova, su mensaje de estabilidad mantenido desde antes del 20-D y la imagen de orden que suele acompañar a los conservadores les avalan en ello.

El PSOE no llega boyante pese haber tenido la oportunidad de que no fuese así.
El pacto con Ciudadanos que parecía un esfuerzo de magnanimidad y ecuanimidad no supo capitalizarlo, tampoco sacó rédito duradero del proceso por el que se trató de investir a Pedro Sánchez como Presidente del gobierno de España y la negociación para formar gobierno le ha pasado factura.
La desunión interna con críticas a la dirección y la forma con que encarar a Podemos, si confluencia al Senado con ellos como quería Ximo Puig o mano dura como quiere Susana Díaz, ha terminado de quitarles las posiciones favorables que pudieran tener.
Pero su principal problema es la suma de Podemos e IU que les sobrepasa en votos cogiendo los resultados del 20-D y que está marcando todas estas semanas. La única arma que están lanzando es la de decir que Rajoy sigue gobernando gracias a Podemos y apelar al voto útil, recurso demasiado repetido y que precisa de más contenido especialmente de diferencia de programas y superioridad del suyo sobre el otro.

Ciudadanos llega con el gran reto de hacer que su apuesta por querer dar sensación de gobernabilidad se transforme en credibilidad y en votos. Parte de su electorado, mayoritariamente de Centro-Derecha, no comparte su pacto con el PSOE y para no sufrir un descalabro precisa ganar votos socialdemócratas que era en parte lo que buscaba con ese acuerdo y convencer a sus electores liberales que era un mal necesario, en una muestra de las bondades de la nueva política por la que preconiza y con la que quiere beneficiar al país.
Que se vuelva la campaña un lance entre Unidos Podemos y el PP es un quebradero de cabeza para esta formación sin aún consolidación ni marcado posicionamiento político. Es por ello que Albert Rivera se ha lanzado a una cruzada contra la formación morada, con viaje incluido a Venezuela, para conseguir que no se le escapen sus votantes de Centro-Derecha tentados a hacer voto útil hacia el PP para frenar al partido de Pablo Iglesias y para atraer a los socialistas de centro que nada quieren saber de qué el PSOE pacte con Unidos Podemos. De esto dependen sus opciones no sólo de salvar los muebles sino también de hipotéticamente mejorar resultados.

Unidos Podemos llega fuerte al 26-J por la suma de las dos formaciones que lo conforman que teóricamente permitirían el sorpasso al PSOE.
La estructuración de un movimiento conjunto entre los votantes de IU, más ortodoxos, y los de Podemos, más alternativos, es algo complicado pero que por la oportunidad histórica seguramente logrará. Donde tiene verdaderos problemas es que esa unión que radicaliza su posición política no espante a los votantes socialistas desencantados  de izquierda moderada, de eso dependerá que consiga o no dar el sorpasso.
Los nubarrones que se provocan sobre Podemos cuando se nombra a Venezuela es algo que debe corregir esa formación desmarcandose del chavismo, por mucha inspiración ideológica que le cause y los entusiasmará como proyecto político a los dirigentes morados, porque es un balón de oxígeno en manos de sus contrincantes.

Las campañas electorales bien o mal llevadas y la marcha del debate electoral del 13 de Junio pueden influir mucho en el resultado electoral, pero como llegan al momento presente los partidos en liza es como se ha descrito. De la habilidad de los políticos y de la percepción de los votantes depende que esto se mantenga o evolucione.

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