Está muy bien eso de ser nuevos en la política de aportar ideas y de regenerar una cultura hasta ahora no lograda, como es la cultura democrática española, que aparece en los momentos más críticos y necesarios del país.

Intentan así dar un paso nuevo, nuevas políticas que no pudieron asentarse en los llamados partidos tradicionales, y que en consonancia de una transición limpia de cara y oscura de fondo, han mantenido un inmovilismo en ciertos aspectos que con el paso de los años se han ido descubriendo. Es innegable que se han hecho avances durante el periodo posterior a la transición, y es por eso que estamos donde estamos. Como es normal, cuando al pueblo se le da la oportunidad de aprender, aprende y bien, aun siendo en un panorama de democracia ficticia, llegado el momento ha sabido reaccionar.

Se palpa un cambio en el ambiente y es el reflejo de la política actual mientras que los tradicionales se escudan en ideas los nuevos saben que las ideas son lo secundario, lo primordial es curar al enfermo y después hacer política.

Mientras tanto Mariano no da la cara y apela al sentimiento emocional a sabiendas de la mala gestión y Pedro no transmite lo que piensa, sino ideas políticas propias de hace años adaptadas a la situación. Seguramente esas ideas que están ancladas en ambos partidos son la amalgama idéntica a las ideas liberales y conservadoras propias de Cánovas y Sagasta.

Los nuevos por su lado, critican lo malo y van a aportar soluciones, pero hasta qué punto bajaran el ego para legislar en común, para hacer algo que beneficie a la ciudadanía, hasta donde podemos confiar en gente que en tan poco tiempo parecen estar tan enfermos en unas cosas como los anteriores. Plantar una semilla de una manzana podrida sin saber del árbol que procede es empobrecer la tierra y en consecuencia reproducir más manzanas en mal estado.

No es solo aportar soluciones, es cambio de mentalidad y nos tiene que preocupar que a la universidad acudan los emergentes. No únicamente porque PP y PSOE obvian que la gente de la transición y de la época de Felipe González se irá haciendo cada vez mayor y representará una menor parte de la población votante, sino porque el resultado de esta gestión de los nuevos partidos no se va a ver el 20 de Diciembre de 2015, sino el 20 de Diciembre de 2019 y si los nuevos están tan enfermos como los anteriores ¿En que ganamos?

Ahora bien, la enfermedad sigue y los nuevos omiten que las gripes afectan a todos. Si uno no se vacuna, y aun así a veces, hay gripe, y obvian ir al médico, en cuatro años estarán igual de enfermos que el resto, y no habrá nueva política, solamente otro grupo de gente votando distintos colores, igual de asentados políticamente que sus padres, bajo la sensación de que viviremos en una época mejor gracias a ellos, siendo en verdad porque económicamente, hagamos lo que hagamos estaremos mejor que durante los últimos años.