Artículo 99 de la Constitución Española
    1. Después de cada renovación del Congreso de los Diputados, y en los demás supuestos constitucionales en que así proceda, el Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del Presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno.

    2. El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara.

    3. Si el Congreso de los Diputados, por el voto de la mayoría absoluta de sus miembros, otorgare su confianza a dicho candidato, el Rey le nombrará Presidente. De no alcanzarse dicha mayoría, se someterá la misma propuesta a nueva votación cuarenta y ocho horas después de la anterior, y la confianza se entenderá otorgada si obtuviere la mayoría simple.

    4. Si efectuadas las citadas votaciones no se otorgase la confianza para la investidura, se tramitarán sucesivas propuestas en la forma prevista en los apartados anteriores.

    5. Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso.

Mariano Rajoy: «En este momento tengo una mayoría absoluta de votos en contra»

El presidente en funciones, Mariano Rajoy, y candidato del Partido Popular a encabezar un nuevo ejecutivo acaba de tomar una decisión sin precedentes en la historia democrática de España a la vez que irresponsable. Rajoy ha declinado la proposición del jefe del Estado para someterse a su investidura contraviniendo el artículo 99 de la Constitución española, a la vez que tampoco renuncia a intentarlo en una segunda ronda y no se plantea dimitir.

El líder conservador ya lo advertía en la campaña electoral:»A veces la mejor decisión es no tomar ninguna decisión, que también es una decisión». Sólo así se puede entender la renuncia para someterse al primer debate de investidura. Esta maniobra del líder popular sólo tiene una lectura: Pasar la presión a Pedro Sánchez y esperar a que este se estampe.

Aunque que les pese a algunos y se relaman viendo una foto delante de Moncloa exhibiendo el desahucio democrático de Rajoy, al PSOE le acaban de adelantar la agenda el mismo día en que Podemos colocó a Pedro Sánchez de Presidente y Pablo Iglesias se autoproclamó Vicepresidente, al tiempo que designó sus carteras de gobierno.

Pablo Iglesias: «Hemos conseguido que el candidato del PP se retire» 

Este caballo hay que saberlo domar: Al PSOE no le sirven las concesiones de poder al partido de Pablo Iglesias y seamos claros, Pablo Iglesias no quiere estar gobernando 4 años con Sánchez. Cualquier estratega en su posición buscaría desgastar a su rival desde la mejor posición que le puede ofrecer el gobierno, esperando con paciencia aquello que todo estudioso de Gramsci conoce, la hegemonía, en este caso de la izquierda.

La presión a la que está sometida el PSOE es enorme. Por la derecha el PP busca acabar con la cabeza de los socialistas dibujando el camino de un adelanto electoral que salvará por el momento la cabeza de Rajoy, desde la izquierda el secretario general de Podemos intentando desestabilizar a los socialistas construyendo el sorpasso.

Los de Iglesias no han dudado en atribuirse el mérito de la renuncia de Rajoy. Cualquiera en su lugar lo haría. Al partido de los círculos les interesa vender en este momento el mensaje de la alternativa frente a la derecha del Partido Popular ante un plausible adelanto electoral que se dará tarde o temprano.

El aparato Podemos, aunque acaba de aterrizar en el sistema de partidos, está curtido en enfrentamientos electorales. Saben leer mejor que ningún otro partido las oportunidades electorales y son conscientes que su asalto a los cielos pasa por debilitar aún más a un PSOE que se resiste a doblegarse.

El equipo de Iglesias sabe que un PSOE en el gobierno puede suponer un duro golpe para los objetivos de Podemos y el PSOE sabe que renunciar al gobierno y ceder poder a Podemos en un ejecutivo liderado por Sánchez puede dejarlos en Jaque.

En una charla desvelada por Manuel Jabois en El País entre Fernando Vallespín y Pablo Iglesias, este último reconocía que  “Un Podemos con la fuerza suficiente como para exigirle al PSOE dos ministerios importantes y entrar en el Gobierno podría ser algo que nos diese experiencia, pero nos destruiría electoralmente. Igual que para el PSOE entrar en un gobierno con nosotros sería terrible”.

«Vamos a respetar los tiempos y los procedimientos», asegura César Luena

Mientras, a los socialistas le han pasado una pelota con la que no contaban hasta dentro de unas cuantas semanas. La preocupación y el nerviosismo en Ferraz se nota. La maniobra del PP supone la aceleración del procedimiento de negociaciones y los ha pillado desprevenidos. Ahora la pregunta es, ¿Cómo ganar algo de tiempo?

No han pasado 24 horas y el PSOE ya ha cargado contra Mariano Rajoy por su decisión de renunciar a ser el primero en someterse a la sesión de investidura. El número 2 de Pedro Sánchez, César Luena ha sido el encargado de calificar el gesto de «antisistema». Los socialistas insisten que Rajoy debe dimitir si finalmente no se somete a la votación en el Congreso.

“El Rey ha convocado una nueva ronda de consultas de la que debería salir, de nuevo, el encargo de formar gobierno a una persona propuesta por el primer partido en la Cámara” Declara el comunidado del PSOE

En Ferraz tampoco se han olvidado de Podemos, quienes ven en la propuesta de Iglesias un chantaje tras que este sentenciase que la posibilidad de Pedro Sánchez de ser presidente se debe «gracias a la sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer».

El PSOE no se puede permitir seguir ni la hoja de ruta de Rajoy ni de Iglesias si quiere seguir siendo en el futuro una alternativa de gobierno a la derecha. Para ello necesita tiempo y marcar el ritmo de las negociaciones. Los de Sánchez tienen en su mano la llave para formar gobierno gozando de aquello que las demás fuerzas han negado a Rajoy: diálogo.