Estas elecciones generales nos han dejado un panorama que tiene muchas lecturas. La primera de ellas es la vulnerabilidad de la fuerza gubernamental, los apoyos sólidos que tiene el ejecutivo dentro de los órganos legislativos, que suele conllevar a la ingobernabilidad si el jefe del gobierno no es hábil negociando y no hay voluntad de diálogo entre las fuerzas políticas.  La más relevante es esa pero hay muchos entresijos que deben ser analizados.

La participación ha sido escasa con lo que se tenía previsto. En algunas regiones como Valencia o Cataluña si ha subido unos puntos pero en otras bajo como en Murcia. En total poco más de un punto con respecto a las anteriores elecciones.
Si cogemos un mapa electoral y los datos de 2.011 nos surgen severos interrogantes ¿El crecimiento de los partidos emergentes viene en parte importante de nuevos votantes y las pérdidas del bipartidismo en su mayoría son fruto de la abstención de sus votantes? ¿Adónde han ido los 63 escaños del PP perdidos si Ciudadanos solo ganó 40 habiendo recibido la formación naranja también votos socialistas?

Las respuestas son complicadas.  La suma PSOE+Podemos+IU respecto a la PP+Ciudadanos es ligeramente inferior pero no si le restamos los votos socialistas a la formación naranja, entonces nos surge que el voto de derechas es menor al habitual y que ha castigado al PP e incluso no respaldando completamente a Ciudadanos por lo que se han abstenido más gente de la derecha que de la izquierda.

En la mayoría de regiones donde ha aumentado la participación es donde Podemos ha conseguido mejores resultados incluso desbancando al PSOE. Por otra parte Ciudadanos ha logrado sus mejores resultados en lugares donde se ha hundido el PSOE como en Madrid.

Calificarlo todo de derechas o de izquierdas además de simplista sería irreal pues hay mucho voto centrista en España que bambolea entre el centro-izquierda y el centro-derecha. En esta línea viendo los datos podemos decir que el PSOE ha sobrevivido evitando ser comido por Ciudadanos y que el PP no ha perdido la enormidad de voto liberal y centrista que temían.
El voto conservador ha permanecido en líneas generales fiel al PP y el voto de izquierdas se ha ido en fuga del PSOE a Podemos así como en muy menor medida a IU. Esto explica la victoria del PP en las elecciones.

La desactivación de Rivera por parte de Rajoy es algo que requiere un estudio particular y detallado pero a grandes rasgos puede decirse que se ha debido a la indefinición de Ciudadanos, que ha sido visto como proclive a apoyar al otro bando tanto desde el punto de vista liberal como desde el socialdemócrata, junto con el poco músculo que tiene como bloque más allá de su líder.

No obstante la cifra de escaños de Ciudadanos, más baja de lo prevista debido a las altas expectativas que tenían a causa de las encuestas, representa una derrota dulce o una victoria escasa, según se vea el vaso medio vacío o medio lleno. Pues es llave de la gobernabilidad y si hace un buen trabajo parlamentario puede dar un gran salto.

El otro gran ganador de la noche junto con  Mariano Rajoy es Pablo Iglesias. El líder de la formación morada ha logrado ganarle la izquierda al PSOE y tiene una posición muy fuerte para en el futuro asaltar al PSOE, además en caso de que Pedro Sánchez intentase formar gobierno él podría condicionarlo mucho.

La victoria sin embargo del hasta hace poco eurodiputado es de difícil gestión porque más de un tercio de sus diputados son fruto de coaliciones, las llamadas mareas, y será fundamental para su credibilidad mantener un bloque homogéneo en el Congreso. La articulación de la izquierda y como ha quedado estructurada tras la cita electoral daría para un artículo completo.

Haber sobrevivido ha sido para el PSOE una victoria, pírrica y vergonzosa pero victoria, y más como se le había puesto de mal la campaña tras los debates y el subidón aparente en las encuestas tanto de Ciudadanos como de Podemos. A pesar de ello queda bastante tocado por sus pésimos resultados en muchos sitios y por oler en el cogote a Pablo Iglesias, así como por la distancia que ha logrado mantener Génova respecto de Ferraz.

En conclusión los emergentes han logrado entrar con fuerza y tener peso como para dar el zarpazo en las próximas elecciones al bipartidismo, mientras esté demasiado bien ha aguantado el asalto de los nuevos púgiles. Por lo que las cuatro principales formaciones surgidas de las urnas han ganado en mayor o menor medida.