Llevo semanas preguntándome por qué un partido como Esquerra Republicana de Catalunya – ERC – liderada por Oriol Junqueras, puede llegar a aliarse con un partido como el de Convergencia Democrática de Catalunya – CDC – liderada por el todavía President Artur Mas, quien no ha hecho más que repetir las políticas de austeridad del Partido Popular y de Mariano Rajoy. Y todo con un único propósito: respaldar unas elecciones con carácter plebiscitario con motivo de la autodeterminación de Cataluña. ¿Justifica el fin, los medios?
Quizás esté equivocado, pero si un partido como Esquerra Republicana de Cataluña que se ha manifestado constantemente en contra de las políticas neoliberales del Gobierno de Rajoy, acaba dando su apoyo a alguien que practica las mismas políticas, sería como intentar apagar un incendio con gasolina.
Sin ir más lejos podemos encontrar paralelismos en políticas muy concretas o incluso podemos averiguar aquellas donde la derecha catalanista ha marcado el rumbo a las políticas de Mariano Rajoy o incluso en aquellas Comunidades Autónomas donde gobierna o gobernó el Partido Popular. Así, encontramos políticas públicas como el “euro por receta”, el copago sanitario, el cierre de centros hospitalarios o la reducción de camas, compartiendo el mismo afán por favorecer a la sanidad privada. Los recortes a la ayuda a la dependencia, el tijeretazo a las universidades son otros ejemplos.Es aquí donde se presenta el verdadero debate, en cómo y qué modelo político se pretende llevar a Cataluña ante una eventual secesión. A priori se entiende que en el supuesto caso de la victoria independentista, el nuevo President volverá a ser Artur Mas y la praxis pone de manifiesto que la derecha, ya sea catalanista representada por Convergencia Democrática de Cataluña –CDC – o españolista representada por el Partido Popular – PP – , ponen en práctica políticas nefastas para quienes son gobernados.
Podríamos incluso decir que el problema actual de la derecha españolista y el de la derecha catalanista es una cuestión de tesoreros. Ambos partidos – CDC y PP – salpicados por tramas de corrupción relacionadas con la evasión fiscal y la financiación ilegal de sus partidos. Sedes registradas, documentos requisados, tesoreros imputados son palabras perfectamente homologables a ambos partidos.
Por ello sería gratificante encontrar algo realmente interesante para los intereses de los catalanes dentro de los mensajes escupidos por los líderes políticos, tal y como ha ocurrido en el referendum por la independencia de Escocia. La economía, las pensiones y el propio Estado del bienestar han sido temas centrales en el referendum escocés. Mientras tanto, los comicios catalanes se caracterizan por un trato de los temas de una manera difusa y poco esclarecedora. El propio Michael Keating, catedrático de Ciencia Política de las universidades de Aberdeen y Edimburgo y director del Centro Escocés sobre el Cambio Constitucional (ESRC), señalaba que durante la campaña en Escocia que no existía un déficit de información entre la sociedad civil escocesa.Es por tanto, cuanto menos curioso, plantear un mensaje de camapaña entorno a la independencia o no de Cataluña mientras que el verdadero problema persistirá en forma de políticas antisociales y corrupción ya sea Cataluña un Estado propio o siga dentro del Estado español. Lo cual puede llevarnos a la siguiente deducción: que la voluntad independentista de CDC no es más que la búsqueda personalista de un paraguas con el que salvaguardarse.
Las posiciones de Alex Saldmond, exministro Principal de Escocia y exlíder de Partido Nacionalista Escoces (SNP) estaban claras. Su modelo político y el de los partidarios por la independencia de Escocia presentaban una mayor predisposición por el modelo escandinavo que el londinense. Todo su modelo político giraba en torno a las políticas de bienestar.
¿Conocemos qué modelo político tiene en mente Artur Mas? Seguramente podamos olerlo solo y cuando se preste atención a lo que realmente importa. Al igual que la derecha españolista, cuando la derecha catalanista tiene acechando encima de la mesa un tema que le incomoda, lo desecha creando un nuevo foco de atención. Curiosamente las dos derechas (PP y CDC) con el mismo ánimo de alejar de la agenda setting los recortes, el paro y la corrupción, acaban convergiendo en el mismo foco de atención: la independencia o no de Cataluña.
Quizás el problema real nos los haya señalado Michael Keating antes, y todo se deba a un déficit de información en toda la sociedad.
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