En mi anterior artículo de POLITICAHORA di una descripción formal de la situación política en Cataluña, donde:
- No se elige nada, los jefes de partido hacen las listas y tienen todo el legislativo.
- No hay separación de poderes porque Mas los concentra todos, incluida la prensa.
- Los partidos no son civiles porque cobran del Estado.
- La independencia es imposible desde todos los puntos de vista, salvo el imaginario.
- Todos los políticos se contradicen, cuando no están haciendo el ridículo.
Resulta entonces, que ni hay democracia, ni hay representación política, ni hay verdaderas ideologías, ni hay independencia. Por tanto, la única posición política digna es no participar en la farsa del 27-S, es decir, abstenerse.
Muchos, estando de acuerdo con lo anterior, me han mandado por las redes sociales comentarios parecidos al siguiente: “ Uff, mira a mi no me convence mucho fulanito, pero voy a darle un voto útil porque la abstención favorece a los nacionalistas”
El voto es un derecho que consiste en ser representado por un político en un determinado sistema de poder. El voto útil significa dos cosas: primero, la conformidad con el sistema podrido descrito arriba y segundo, la elección de alguien que no te representa. Dos auténticas aberraciones políticas.
Pero no me voy a escaquear. Voy a explicar que es la abstención y a quién beneficia. En España se vota por odio. Los niveles más grandes de abstención se producen cuando el líder de un gran partido, se ve que no va a alcanzar a otro lider y sus votantes se quedan en casa porque saben que su voto no va a servir para ganar. En resumen, por odio a fulanito, se vota a menganito; pero si menganito está muy abajo en las encuestas, no perdemos el tiempo yendo a votar. En las últimas generales pasó esto, no es que la abstención beneficiara a Rajoy, sino que los socialistas no votaron a Rubalcaba, que salía derrotado desde el primer día. En Cataluña, ha pasado siempre algo parecido. Cuando CIU no tenía rival, en las autonómicas, los votantes del PSOE, PP, etc. se quedaban en casa.
Pero yo no hablo de esta abstención propia del sistema. Hablo de una abstención revolucionaria, consciente de su poder y que afecta a todos los partidos. Un grito alto de: ¡Ya basta!, como el emitido por el pueblo griego, donde a pesar de ser obligatorio el voto, se abstuvieron casi el 50%. Ese es el camino. Deslegitimación y Libertad Constituyente.
Si te ha gustado este artículo o la inicitiva de esta web, también puedes colaborar con microdonaciones de Dropcoin.