[dropcap type=»2″]E[/dropcap]l retrato de un amor posible sabe qué libros regalar. Así que, fue así como, después de decir que me apetecía un libro que me tuviera pendiente de sus letras todo el día, que hiciera sentarme en el sofá, que me contara una historia positiva, llegó a mis manos el nuevo libro de Laura Norton La gente que viene y bah.
La verdad es que poca atención le había prestado a esta autora. Es decir, había escuchado hablar de su primer libro, No culpes al karma lo que te pasa por gilipollas, pero, como digo, sin más que una sonrisa al leer el título. No existe mucha información acerca de la creadora del humor de la vida, Laura Norton, pero sí podemos saber que es una apasionada de ponerle el ingenio a todo lo que puede llevar una sonrisa al lado de un quejido. Sabemos, también, que entre sus planes se encuentra seguir escribiendo, algo que agradecemos, y que su familia constituye una de las fuentes de donde bebe para crear a personajes como Bea, la protagonista de La gente que viene y bah.
“De todo se sale. De todo” Es una de las frases que más se repite a lo largo de la páginas. En ellas, asistimos a la puesta en escena de la vida de una joven arquitecta que, aunque con talento para crear y diseñar edificios, poco nombre tiene en su gremio. Una arquitecta que, a dos meses de casarse con el que parecía ser el amor de su vida, se vuelve a su pueblo de Cantabria, a casa de sus padres, junto a sus hermanas. No quiero desentrañar toda la historia de Bea, considero que es digna de que la dejéis entrar en vuestra casa a esta chica no solo para que os haga reír, que también, porque las carcajadas están aseguradas, sino para que os cuente esas sentencias de vida que parecen ser verdades universales, pero poca cuenta le echamos.
Como ya he adelantado, no se trata de un libro grave, de 1000 páginas que recoge las teorías filosóficas de la vida. Se trata de un libro que desde la experiencia, mediante un humor inteligente, desde una etapa de la vida de una chica, nos dice eso que todos necesitamos escuchar de vez en cuando o, al menos, recordarlo: Todo pasa por algo. De todo se sale. Con humor la vida es más llevadera. A la vuelta de la esquina puede esperarte a la respuesta a todas tus preguntas. No esperéis a un pseudo-predicador acerca de cómo hay que actuar en esta parte de la vida o en otra. No, No. Esperad, eso sí, a la propia esencia de la vida hablándoos, en clave irónica. Todo un lujo para guardar en el pedacito del cuerpo donde sientes y, por supuesto, en un lugar privilegiado de tu librería, para, como decía el maestro Galeano, recordar , del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón la historia de Bea.
He escuchado que un buen comentario acerca de un libro tiene que contener las partes negativas de este. Yo tengo una. Que se haya terminado.
