[dropcap type=»2″]D[/dropcap]esde que Rajoy ganara las elecciones generales el 20 de noviembre de 2011 y tomara posesión en diciembre del mismo año, parte de la opinión pública ha calificado al gobierno del PP como “liberal”. Solo hay que echar un vistazo a ciertas tertulias televisivas, artículos en periódicos o comentarios en la radio para darse cuenta de que no son pocos los que ponen esa etiqueta al actual Gobierno.
Algo que es rotundamente falso, pues este Gobierno ha abandonado cualquier principio del liberalismo, como ya hiciera primero el propio Rajoy en el Congreso del PP de 2008, al invitar a marcharse del partido a los liberales y conservadores, y definir al PP como un partido de “centro reformista”, como recoge el artículo 2.1 de los Estatutos creados tras este congreso.
¿Verdad que nadie se atrevería a decir que el gobierno de Zapatero fue liberal? ¿Entonces por qué al de Rajoy sí, pese a continuar las mismas políticas intervencionistas? Como he dicho más de una vez, la gente “confunde” liberalismo con intervencionismo para no reconocer la miseria intervencionista.
Rajoy ha subido una y otra vez los impuestos, ahogando más si cabe a la clase media. Entre Rajoy y Montoro han creado una red tributaria en la que no queda nada fuera de su alcance. Fue en diciembre de 2011, apenas unos días después de ser investido Presidente del Gobierno, cuando Rajoy incumplió la primera promesa electoral de “bajar los impuestos”. Por aquellas fechas se produjo la primera subida de impuestos de la presente legislatura, el comienzo de un largo camino del saqueo. El Gobierno subió el IRPF a todas las rentas, aumentando un punto sobre cada nivel de renta, siendo 6 puntos mayor en las rentas más altas, y 7 puntos en uno de nueva creación.
Ya en 2012, el año más voraz de las subidas impositivas del actual Ejecutivo, Rajoy incumplió otra vez la promesa electoral de bajar los impuestos, cuando en marzo de dicho año subió el Impuesto de Sociedades y algunos Impuestos Especiales.
En abril de ese mismo año, el gobierno de Rajoy subió el IVA, tanto el general (del 18 al 21 por ciento) como el reducido (del 8 al 10 por ciento). Son conocidas y recordadas las protestas del PP (con algunos miembros del posterior gabinete presidencial a la cabeza de las protestas) por la subida del IVA del gobierno socialista de Zapatero; pero en esto llamado política, aquellos que se disfrazan de políticos tienen la memoria corta, o mejor dicho, hacen que no tienen memoria, para una vez prometido algo, hacer lo contrario si se tiene la más mínima oportunidad.
En mayo de 2013, apenas año y medio después de tomar posesión, Rajoy llevaba 30 subidas de impuestos: IRPF, IVA, Sociedades, Especiales y Patrimonio, el cual vino de vuelta con el PSOE en septiembre de 2011, y aún sigue sin eliminarse (no solo no lo ha eliminado, sino que el gobierno del PP lo prorrogó un año más en 2014). Subida tras subida, excusa tras excusa de Rajoy y Montoro, la economía española se iba quedando estancada, con unos datos de paro más que malos, como consecuencia de un sector privado exprimido, un mercado laboral muy regulado y un sector público que seguía (y sigue hoy en día) en niveles de antes de la crisis.
Si nos fijamos en el recorrido de la deuda pública, nos damos cuenta de que Rajoy ha seguido el mismo camino que su antecesor. A finales de 2011, España tenía una deuda pública cercana al 70% del PIB. En la actualidad roza el 100%. Es decir, en lo que llevamos de legislatura popular, la deuda del conjunto de administraciones públicas ha aumentado casi un 30% del PIB, un desastre.
Como he dicho antes, las políticas de Rajoy han continuado las de Zapatero. Más impuestos, más deuda, más paro, más sector público (con escasas reformas sobre éste) y un sector privado cada vez más estrangulado por las regulaciones y lo anteriormente citado. Por eso no entiendo que si nadie llamó en su momento “liberal” al gobierno de Zapatero, sí se lo llamen al de Rajoy. Los que aciertan no llamándoselo a Zapatero, yerran al decírselo a Rajoy. Por eso debe quedar muy claro: es un mito que el gobierno de Rajoy sea liberal.