[dropcap]C[/dropcap]uando muere un grande dentro del periodismo como Jesús Hermida, todos los medios se vuelcan en recordarlo, en recordarnos sus logros, su trayectoria, su gran trabajo. Y es así, porque gracias a personas como él, el periodismo lograba su misión: informar y formar a los ciudadanos, a la sociedad. Recordar a las profesionales como él, nos hace recordar todo lo que el periodismo nos ha enseñado y ha conseguido a lo largo de su historia.
Los medios de comunicación eran considerados como el cuarto poder, capaces de cuestionar la actividad de los Gobiernos, denunciar las injusticias, informar a los ciudadanos y formar la opinión pública. Es un arma de doble filo para los poderosos si el medio esta a tu favor puede significar una gran ventaja, pero si un medio de comunicación se posiciona en tu contra, no lo dudes, terminará contigo. Y es por ello que en la actualidad tanto los gobiernos como las grandes empresas ejercen toda su influencia en las empresas periodísticas. Es difícil encontrar un medio que no se encuentre bajo el dominio de sus fuentes de ingresos y bajo la atenta mirada de aquellos que ostentan el poder.
Como negocio es obvio que a los empresario lo que les interesa es vender periódicos, ganar audiencia u oyentes. Pero más allá del beneficio económico, la actividad periodística se debe a su carácter crítico, actual, instantáneo. Los nuevos recursos y los avances tecnológicos permiten estar atento de la actualidad diaria en todo momento, poder recibir noticias desde casi cualquier punto del planeta. Esto se debe introducir de lleno en el periodismo ampliando fronteras y recuperando su carácter social, el periodismo en la calle, viviendo las noticias en tiempo real.
Dejemos de un lado los intereses de unos pocos y fijémonos en todo aquello que nuestra sociedad, ansiosa por conocer, necesita. Hartos estamos de ver como cada día las noticias son manipuladas, la información sesgada y las opiniones dirigidas. Basta ya de ser hipócritas y contentarnos con las migajas que nos dan. Regresemos a ese periodismo que llevo a millones de estudiantes como yo a soñar despiertos, regresemos a esa esencia que convertía al periodismo en una profesión digna, arriesgada y emocionante.
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