Lucha incondicional

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[dropcap]E[/dropcap]l paso domingo se celebró el Día Internacional de la Mujer y se llevaron a cabo en multitud de países  eventos, manifestaciones, protestas y actos para luchar por los derechos de las mujeres,  por la igualdad frente a los hombres y por un trabajo digno. En pleno siglo XXI aún es necesario contar con un día especial para tener en cuenta a la mujer, para recordar su valía, su importancia y su necesidad en la sociedad.

La lucha continúa, porque pese a todo lo que se ha conseguido a nivel social y laboral aún siguen existiendo grandes contrastes salariales con respecto a los hombres, peores condiciones y menores oportunidades profesionales. Muchas empresas ven negativo contar en plantilla con muchas mujeres pensando ya en el tiempo que estarán de baja si desean ser madres, la rebaja de la jornada. En lugar de preocuparse por lo que supondría contar en plantilla con mujeres cualificadas, preparadas y trabajadoras que desempeñarían igual o mejor que un hombre ese puesto de trabajo.

Basta ya de seguir sometidas, durante siglos la mujer no significó nada, solo servía para tener hijos y cuidar de la casa. Y este pensamiento sigue presente en nuestros días, mucha culpa de ello la tiene la Iglesia, que siempre fomento la labor de madre y esposa de la mujer apartándola de la vida laboral. En España más daño hizo aún la dictadura,  fomentando esa moral conservadora y machista hacia la mujer.  Y ahora, viviendo en democracia, muchos de estos valores se siguen manteniendo. En ocasiones,  somos nosotras mismas las que nos hacemos de menos, las que pensamos que no seremos capaz de realizar un trabajo, conseguir ese ascenso, o compaginar la vida laboral con la familiar.

Las nuevas generaciones demostrarán que la mujer puede con todo, que se puede ser tanto ama de casa, como trabajadora y madre. Pero para ello es necesario que tanto nuestros derechos como la igualdad frente a los hombres lleguen realmente. Que podamos desempeñar el  mismo trabajo tanto fuera como dentro de casa y ser padres con las mismas responsabilidades. El cambio es posible, solo hace falta que todos creamos y queramos hacerlo posible.

 

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