Pugnas socialistas

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[dropcap]P[/dropcap]edro Sánchez busca en El País, y por extensión el grupo PRISA,  un gran  aliado en su pugna con Susana Díaz. Ello pasa por  confraternizar con  Rubalcaba, cadáver político que aun se resiste  al entierro y que parece manejar los hilos con mayor efectividad  que quienes dicen hallarse en la primera línea, tan vivitos y  coleantes.

Los viejos lazos pseudo afectivos entre Don Alfredo,  Luís Cebrián y los Polanco son el arma de doble filo para un líder  que hoy por hoy o más bien nunca, ni corta ni pega. En la hoja opuesta de la navaja trapera, que ya ni a espada llega, se encuentra el sorayismo popular que ve peligrar, o no, su idílico romance cebrianíl que tantos afables encubrimientos ha propiciado.

En tanto, el otrora defenestrado líder socialista a manos de PRISA, entiéndase Zapatero versión 2011, trata de volver también del mundo de los muertos por intermediación divina de alguno de los barones, insurrectos en el silencio, y especialmente la gran baronesa Doña Susana Díaz Pacheco que tras asaltar primero Andalucía buscará el trono madrileño. Por el momento, la primera batalla se ha librado cobrándose al ingenuo de Tomás Gómez, perseguido más por los que un día creyó suyos, que por los fantasmas de un pasado quizás demasiado turbio.

El siguiente asalto en la contienda lo protagonizarán antiguas viejas glorias en forma de renovados candidatos. Nada más que peoniles soldados enviados por quienes manejan los hilos en cada bando. En efecto, los mismos de siempre y con las mismas caras que, con permiso de algunas arrugas surgidas a causa del tiempo ¿para qué cambiarlas?; ni mucho menos, dejar de mostrarlas. Cuan emperadores romanos, cojan asiento y pónganse cómodos; el circo, el espectáculo mismo, no ha hecho más que comenzar.