<<Y si llueve, que llueva>> es un refrán gallego. Para mí cobró sentido una noche de febrero, cuando vivía en el barrio de la Macarena de Sevilla con dos buenos amigos, gallegos también.
Mi compañero y yo nos decidimos a salir ese sábado de noche, pese a que había estado lloviendo algunas horas a lo largo del día. La idea era una locura, al parecer. Le propusimos salir «de parranda» con nosotros a una amiga andaluza, ésta respondió que no, nos dijo que no iba a salir un día de lluvia. Flipamos. Comentamos entre nosotros que si los gallegos no saliésemos de casa cuando llueve, en invierno saldríamos poco. Habríamos inventado el confinamiento hace mucho.
Los gallegos no dejamos de salir por la lluvia y los políticos tampoco dejan de hacer de la política un teatrillo cutre por una pandemia. Como si lloviese. La clase política parece no haberse enterado, o peor aún, les da igual. Siguen a lo suyo.
Esta crisis los retrata como una élite independizada de la mayoría social. Han «secuestrado» a una parte de la sociedad que, «atrincherada» alrededor de su partido de referencia, guerrea en Twitter y en Núñez de Balboa contra el Gobierno y sus defensores. Permíteme un consejo: no te dejes arrastrar por su relato, su cálculo electoral, ni por los intereses, que como grupo social, tienen.
¿No os parece increíble y ofensiva la actitud de los partidos ante esta crisis? Escribo este artículo un 15-M, aún recuerdo el subidón de entrar con una buena amiga en la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela, la noche del 14 de marzo de 2011, y ver a aquellos estudiantes, que como yo, queríamos transcender los partidos, renovar la política y cambiar el sistema. Aún se e ponen los pelos de punta al recordar la jornada de reflexión en una plaza del Obradorio abarrotada, a la vez que también lo estaban gran parte de las plazas de las ciudades del país.
El 15-M resquebrajó el sistema electoral. Le cambiamos el pulso a los partidos, a los medios de comunicación y al país. Quizá, es el momento de recuperar ese pulso político apartidista, frenar la polarización que se está produciendo, repensar la sociedad bajo un prisma que priorice la vida, la igualdad y apostar por un sistema que compatibilice el trabajo y el tiempo para vivir nuestras vidas.
P.D.: Seguid bien. El próximo fin de semana vuelvo a pasar lista.