La economía española tiene problemas

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Estamos empezando a conocer los primeros datos económicos desde que empezara la crisis del coronavirus. Esta es una crisis global, pero no afecta de igual manera a todos los países, ya sea por su salud financiera o por la capacidad de sus gobiernos para hacer frente al problema.

Primero nuestro gobierno no se anticipó para contener los contagios del virus. Además, las políticas de confiscación de material sanitario y la introducción de precios máximos para las mascarillas quirúrgicas, no ayudan a que se genere la oferta necesaria para hacer frente al aumento de la demanda. Todo esto implica alargar más el periodo de confinamiento y además provoca que se asuma un mayor riesgo de generar una nueva ola de contagios.

En segundo lugar, está nuestra salud financiera. Tras la crisis de 2008 España no ha realizado los ajustes necesarios para generar superávit e ir reduciendo deuda pública.

Fuente: Comisión Europea

Como se aprecia en el gráfico, desde el año 2000 España solo ha sido capaz de generar superávit durante tres años (2005,2006 y 2007). El intento de reducir los déficits posteriores a 2007 ha sido insuficiente y las estimaciones que ofrece la Comisión Europea para este año no son nada optimistas, apuntando a un incremento que lleve el déficit público sobre PIB hasta el 10,1%.

Estos años de déficit han hecho que la deuda pública siga aumentando. Así se observa en la siguiente imagen.

Fuente: Comisión Europea

Podemos ver que el crecimiento económico no ha impedido que nuestra deuda roce el 100% del PIB -Actualmente se sitúa en el 95%-. Pero lo grave es lo que nos espera de cara al futuro, pues según las estimaciones de la Comisión Europea, la deuda alcanzará el 115%, siendo uno de los países más afectados de Europa.

Los nuevos datos económicos no son nada positivos

Poco a poco ya se empiezan a conocer los efectos reales que está teniendo esta crisis. Esta misma semana conocíamos el dato PMI sobre el sector servicios (abril) que mostraba una fuerte contracción tras situarse en el 7´1 – datos por debajo de 50 muestran recesión-. Pero no solo en el sector servicios se deja notar la crisis. En el sector de la automoción, el número de matriculaciones de vehículos en abril ha sido el menor en los últimos 20 años. De hecho, el gobierno ya ha dicho que impulsará planes de estímulo para el sector.

También hemos conocido los datos de desempleo. En el mes de abril el paro ha aumentado en 281.891 personas, situando el paro registrado en 3.8 millones de parados – cifra más alta desde 2016- . Pero a esos datos debemos sumar los más de 4 millones de trabajadores acogidos al ERTE y los 1,2 millones de autónomos que cobran la prestación por cese de actividad. Por lo tanto, la cifra real de desempleados es superior puesto que muchos de estos últimos acabaran, por desgracia, en el paro.

Como vemos, los datos y las previsiones no son nada alentadores, dejándose notar en la prima de riesgo de la deuda española frente a la alemana (bonos a 10 años).

Fuente: Investing.com

La prima de riesgo ha pasado de estar en los 65 puntos básicos a finales de febrero, a situarse en estos momentos por encima de los 140 puntos básicos. Esto ha llevado a que el BCE anuncie que aceptará “bonos basura” como garantía para las operaciones que dotan de liquidez a las economías, buscando relajar el crecimiento de las primas de riesgo de países como España e Italia.

Un futuro más, si cabe, incierto.

La verdad que los datos que se manejan son realmente preocupantes para la economía mundial y en particular para la española, que no ha realizado el esfuerzo financiero que se requería durante la expansión económica. Y eso ha llevado a que hoy más que nunca nuestro país sea excesivamente dependiente de la decisión del Banco Central Europeo. Un Banco Central que tiene poco margen de actuación con unos tipos ya en el 0%, programas de compras de deuda que quizá no sean suficientes o su limitación para monetizar deuda de manera directa.
Por desgracia, mientras el BCE siga manteniendo artificialmente a las economías, no parece que algunos países, entre ellos España, vayan a realizar los ajustes estructurales necesarios  para reducir deuda pública, por lo que podríamos necesitar un rescate  -escenario que no debemos descartar-, en cuyo caso el ajuste se impondrá y sería bastante duro. Por lo tanto, se debe exigir al gobierno mayor eficiencia en las cuentas públicas y mayor liberalización de la economía.

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