Los datos comparados del resultado del 20 de diciembre y del 26 de julio parecen decir que España ha cambiado, que ya no quiere cambio político, que el ‘sorpasso’ nunca había sido posible y que no había existido la posibilidad de que el PP dejase de estar al frente del Gobierno de la Nación.
Por otro lado, creo que los que concluyan que los resultados del 20-D fueron un espejismo, un tirón de orejas a los populares, a los socialistas y que lo de Podemos fue un mal sueño se equivocan. España ya ha cambiado y no hay marcha atrás, pero la cocción será lenta. Nos equivocamos los que dimos el “sorpasso” por hecho, creíamos que nuestro país eran las encuestas y la agenda setting.
El PP no ha ganado porque lo haya hecho bien al frente del Ejecutivo, ni porque Ciudadanos haya intentado hacer Presidente a Pedro Sánchez, en todo caso Rajoy ha subido en votos y escaños porque el PSOE es un barco a la deriva y Podemos no ha logrado dejar de “dar miedo” a los votantes socialistas pese a haberse presentado en coalición con IU. La coalición Unidos Podemos (UP) no ha mejorado la imagen de Pablo Iglesias entre los fieles a Izquierda Unida y ni entre los votantes que el 20-D apoyaron con dudas a la formación morada. UP ha perdido un millón de votos que han preferido la abstención en unas elecciones que la coalición entendía como históricas. Por tanto, la primera conclusión es que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias deben dar un paso atrás. La diferencia es que mientras Iglesias debe dirigir el proceso de institucionalización de Podemos dentro de UP el Parlamento; el líder del PSOE no ha despejado las dudas acerca de su liderazgo y debe dimitir más pronto que tarde.
La segunda de las claves ha sido el voto desideologizado que se ha llevado el PP y que ha dejado de lado a Podemos, que esta vez se ha quedado en casa. La coalición izquierdista pagó el pato de la inestabilidad política que trae consigo la dificultad para formar Gobierno y quizá el Brexit haya remado a favor de las fuerzas de la derecha. Lo que parece claro es que en seis meses España no ha cambiado, ya lo había hizo el 15-M del 2011 de forma irreversible. No creo que el cambio haya pasado de largo en estos seis meses por España, aunque los electores hayan querido que Rajoy pase cuatro años en la Moncloa. Más bien, hay que concluir que el voto ya no es tan fiel a los partidos, lo que se quiere decir que el electorado cambia de partido con mayor facilidad de lo que lo había hecho históricamente.
Aún han pasado pocas horas desde el cierre de las urnas y siguen faltando respuestas para explicar el fracaso histórico de la coalición Unidos Podemos, tan solo era necesario ver la cara de Iglesias, Garzón y Errejón la noche día 26 de junio para darse cuenta de que la decepción era enorme. La sensación es que la coalición Unidos Podemos se ha pegado un “sorpasso” de realidad, ahora los miembros de la coalición de izquierdas y de sus formaciones integrantes deben reflexionar si no quieren convertirse en un proyecto político pasajero, en un recuerdo de las locas navidades del 2105.