Para un ciudadano una campaña electoral es dura, excesivamente dura. Muchos globos de colores, mucho confeti, muchas sonrisas, en definitiva mucho.
Teníamos un precedente, en diciembre habíamos vivido una y nos podíamos imaginar, más o menos, como podría ser la que nos espera, cosas de lay electoral, la (pre)campaña, campaña y sus matices que se diluyen en una campaña constante a día de hoy. Podíamos suponer críticas de todos a Rajoy, críticas de todos a Sánchez, críticas a Rivera extremadamente moderadas y críticas a Podemos en general, cosas de la transversalidad.
Pero esta (pre)campaña ha sorprendido a propios y extraños, cosas que suceden cuando vas a hacerla a sitios donde no te van a votar, está bien visitar amigos políticos alrededor del mundo, todos los políticos lo han hecho, en las pasadas elecciones griegas casi todos apoyaron a ciertos candidatos afines; Lo que resulta más extraño es cuando las elecciones son en tu país y tú te vas a buscar apoyos fuera, cosas de la estrategia política.
Pero no por ello esta campaña tenía que ser diferente, la diferencia se realza cuando en un telediario de un medio público televisan veintidós minutos de los problemas de un determinado país, por mero interés político, debe ser que estamos haciendo maniobras para hacernos con los dominios de Venezuela. Sacar rédito de los malos momentos de un país es rastrero, incluso para los políticos, por el mero hecho de que uno de los partidos políticos, alguno de sus integrantes haya asesorado en determinada ocasión al país o haya alabado su gestión o a sus líderes. Rastrero resulta también por el momento, cuando esos venezolanos comían pienso de perro antes de la llegada de estos líderes nadie se preocupaba por ellos, cosas del “timing político” pero no por ello timing rastrero, inhumano, aprovechado y con escasos gramos de empatía. Las cosas cuando van bien son muy bonitas, cuando vayan mal siempre te sacan los cuchillos, hasta quien pasaba por ahí, como Rivera.
Resulta paradójico ir a denunciar la situación de un país y lo primero que haces al hablar a la “terrible dictadura” venezolana (Dictaduras modernas con micrófonos de muchos medios de comunicación) sea el acusara un partido que has dejado atrás en tu país, amalgama de cosas, que algo quedará.
Ya vuelves a tu país, con unas pocas críticas más hacía el partido que criticaste en la ida y a los días sacas un spot electoral curioso, tras las críticas prohíbes likes y comentarios, cosas de las democracias, o de las dictaduras ya no lo recuerdo, cosas de desmemoriados.
Dicho spot resulta curioso poner al joven con camiseta, coleta como jugador de máquinas tragaperras, bebedor, y que no paga las deudas, estereotipos muy trabajados los del video, reflejo de la España, que supongo buscara, soluciones de barra de bar y jóvenes en paro, extraño cuanto menos. Pero lo más llamativo es cuando el joven grita una pequeña consigna: “El poder para la gente”, que suscita críticas entre susurros, supongo que reflejo de lo que buscan en Ciudadanos, por otro lado ridiculizar que el poder este en la gente, en el pueblo, curioso dentro de su defensa de la constitución y por otro lado la crítica, por detrás y entre susurros, guardar los problemas bajo la alfombra, curiosas formas de arreglar los problemas, cuanto menos.
En definitiva, si Ciudadanos se equivocó con su campaña electoral en diciembre, no ha empezado muy bien la que empezamos en breve, quien sabe, lo mismo el responsable es de Podemos, cosas extrañas rodean las estrategias de Ciudadanos.