Esta semana hemos podido ver como ha crecido la desigualdad económica en el mundo gracias al informe anual de Oxfam. En él se pone de manifiesto como la diferencia económica entre el 1% más rico y el 99% restante sigue en línea ascendente. No obstante, lo sorprendente es comprobar el altísimo coste de vida en algunas de las ciudades del mundo.

Cuando se habla de las urbes más caras, rápidamente se nos viene a la cabeza ejemplos como Nueva York, Tokio, Zúrich, Milán, París… Obviamente en todos estos ejemplos el coste de vida no es que sea barato. Lo sorprendente es que ninguna de ellas es la más cara. Encima de todas éstas se encuentra Luanda, la capital de Angola. En Luanda crecen los rascacielos, los hoteles de lujo y los estadios deportivos con la última tecnología a la misma velocidad que crecen los eucaliptos en los bosques de Europa.

Fuente: Forbes México (http://www.forbes.com.mx/las-10-ciudades-mas-caras-para-vivir-en-el-mundo/)
Fuente: Forbes México (http://www.forbes.com.mx/las-10-ciudades-mas-caras-para-vivir-en-el-mundo/)

Es cierto que Angola es uno de los países más ricos del mundo en cuanto a recursos naturales y el gigante asiático ha sido el primero en aprovecharse de ello. La inversión china en Angola es una de las más grandes; a contraprestación, el país africano es el mayor exportador de petróleo de China.

Una hamburguesa en un restaurante de comida rápida de Luanda costaba en el 2013 unos 20 dólares, un café casi 4 y unos pantalones vaqueros más de 204. Es visible que el nivel de vida en la capital es altísimo. Empero, la opulencia de Luanda se contrapone a la situación del resto del país. Según las estadísticas de UNICEF, el porcentaje de angoleños que viven por debajo de la línea internacional de la pobreza (que es de los 1,25 dólares americanos al día) es del 43.4%. Además, Angola ha sufrido varias guerras civiles lo que ha provocado que los posibles campos de cultivo estén infestados de bombas sin desactivar; lo que hace imposible la agricultura o la ganadería. La pobreza en el país es innegable. Entonces, ¿cómo es posible que Luanda sea la ciudad más cara del mundo?

Como se dijo antes, Angola es uno de los territorios con más recursos naturales del mundo. El negocio del petróleo, sobre todo tras la llegada del gigante chino, ha llevado que la economía en Angola, en cifras macroeconómicas, crezca exponencialmente. Dicho crecimiento nunca ha llegado al común de los angoleños; al contrario, ha provocado un incremento en la desigualdad. El 5% de la población angoleña más rica posee el 60% de la riqueza de todo el país. Esto ha creado que Luanda se convierta en un gueto de ricachones angoleños que viven ajenos de la situación real del país. La creación de urbanizaciones de lujo amuralladas y apartadas de las chabolas de sus compatriotas son pan de cada día. A parte, la imposibilidad de la ganadería y de la agricultura por la cantidad de bombas que siguen activas en el terreno, hace que Angola tenga que recurrir a la importación de casi todos los bienes que necesita. Tanto esto como la gran opulencia que muestra el 5% hace que el precio de los bienes se dispare, creando a su vez una mayor pobreza en su ciudadanía. Los datos de UNICEF aseguran que la tasa media anual de inflación en el país es del 186,5%.

Con un porcentaje del 60% de población urbana y una situación de paro increíblemente alto, el común de la población angoleña se refugia en el pillaje y en las drogas. Con un Estado corrupto hasta las trancas y una sociedad empobrecida por completo, Angola se convierte en el sitio perfecto para petroleras del tipo Esso o BP (British Petroleum) exploten los recursos naturales del planeta.