Nada más producirse la cadena de atentados yihadistas en París, el Gobierno galo no tardó en anunciar que Francia se encontraba en una guerra contra Daesh y se apresuró a recabar el apoyo militar de los países de la Unión Europea para “combatir al Estado Islámico”.

La posición de los Estados miembro en repulsa de los ataques y en contra de ISIS fue unánime y el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha empezado a negociar la ampliación del pacto antiyihadista sobre la guerra Siria iniciado tras los atentados del semanario Charlie Hebdo. Esta prórroga del pacto nace del Ministerio del Interior donde tendrá lugar la reunión. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, ha sido la encargada de contactar telefónicamente con los líderes del PSOE, Podemos, Ciudadanos y PNV, incluyendo también a Unió, UPyD y el PAR para alcanzar un acuerdo común.

El Gobierno francés ha insistido en que España ofrezca una respuesta a la petición de Hollande de implicarse militarmente en la guerra contra el terrorismo, pero Rajoy y su equipo se muestran reticentes porque desplegar tropas en Siria ahora, trastocaría el calendario electoral del PP frente a la cercanía de las elecciones generales del 20-D y quieren evitar un nuevo “No a la guerra” como ocurrió en 2004 con la intervención de Aznar en Irak.

Por su parte, los partidos de la oposición también albergan discrepancias en el plan de actuación propuesto por Francia.

PSOE

Los socialistas apoyaron abiertamente en Agosto de 2013 un ataque contra Siria incluso sin el aval de la ONU. Entonces el PSOE arguyó que «Hay muchos instrumentos de la legalidad internacional y no sólo las resoluciones de las Naciones Unidas». Dos años después, el partido de Pedro Sánchez se encuentra en la misma tesitura que el PP y aunque firmó el pacto antiyihadista, una intervención militar podría perjudicar a los socialistas de cara al 20-D, además Pedro Sánchez quiere evitar que Podemos monopolice la protesta de la izquierda contra la guerra.

Podemos

Es el partido más controvertido con respecto a su postura frente al pacto propuesto por Interior. Los de Pablo Iglesias, además de rechazar de pleno las acciones militares por parte de nuestro país en Siria, ya ha declarado su intención de acudir a la reunión del pacto antiyihadista pero de no firmarlo. Según Iglesias, su partido no se siente identificado con los valores de dicho acuerdo, por el contrario en Podemos creen que «combatir el yihadismo implica defender más que nunca los valores europeos».

Ciudadanos

El partido de Albert Rivera ya había remitido dos cartas al presidente del Gobierno y al líder PSOE el pasado viernes pidiendo la incorporación de su formación al pacto antiyihadista. Finalmente, la vicepresidenta contactó con Rivera para incluirlo. Desde ciudadanos piden estar «unidos y demostrar responsabilidad» ante el terrorismo yihadista que supone «amenaza real». El líder del partido considera que España «no se puede quedar fuera de la estrategia común» para combatir a ISIS.

IU

La formación liderada por Alberto Garzón se opone frontalmente a cualquier intervención militar en Siria y es partidaria de que España luche contra el terrorismo sólo si se respeta «la legalidad internacional y el Estado corta las vías de financiación y las relaciones con los países cómplices del terrorismo”. Izquierda Unida no acudirá a la reunión en el Ministerio del Interior y alega que el pacto antiyihadista se trata de un «acuerdo precocinado de PP y PSOE». Garzón también ha declarado que «no vamos a participar en ninguna justificación de la doctrina que va desde Bush hasta Hollande, […] que sólo ha servido para crear más caos en Oriente Medio, más fanatismo entre la población […] y beneficios multimillonarios para los traficantes de armas”.

Frente a la presión francesa para que España se sume militarmente a la ofensiva contra el Estado Islámico, el Gobierno de Mariano Rajoy mantiene su discurso de apoyo moral y político al país vecino sin aclarar cuál será la actuación de nuestras Fuerzas Armadas.
La decisión, no sólo por parte del PP es especialmente delicada teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones generales, por lo que ninguno de los dos grandes partidos ha abandonado la tibieza en su discurso.