La conciencia de España es producto de personas de conciencia. Desgraciadamente, no hay muchas. Hoy prevalece la amoralidad, fruto de la filosofía post-moderna. En esta filosofía, todo es relativo e igualmente respetable, aunque se trate de una tontería. Vale más la imagen, que el contenido. Estos valores, son producto de la socialdemocracia. Todos los partidos españoles son socialdemócratas. No tienen ideologías auténticas. Sólo les mueven las encuestas y el poder.

Los partidos son órganos del Estado. Los jefes de los partidos ocupan el Estado y enchufan de arriba a abajo a sus lacayos. No somos ciudadanos, somos súbditos, porque no tenemos capacidad para echar del poder a un gobernante corrupto. El odio, expresado como el “y tú más” es la grasa de la maquinaria de la corrupción, inevitable por no haber separación de poderes en origen. Hacer política es consensuar para repartir el botín. Café para todos. Así empezaron todos los problemas autonómicos.

Durante cuarenta años, los gobiernos centrales sostuvieron el gobierno oligárquico catalán del 3%. (Porcentaje común en otros casos, como Gürtel). Cuarenta años de dominio de los medios, tiene como consecuencia la grave discriminación que sufren a día de hoy los “unionistas”, que es la manera despreciativa que tienen de llamar a las personas que se sienten españolas. ¿quién defiende a estas personas?

Ni el rey, ni el gobierno, ni los partidos han sabido frenar la discriminación antiespañola en Cataluña. Están demasiado ocupados viendo encuestas y conservando su poder. La defensa de los catalanes no independentistas tiene que producirse por medio de la resistencia civil (Ghandi), desde fuera de los partidos. Apoyados en la verdad indecidible de que Cataluña es España, el movimiento cultural MCRC está organizando una concentración para el día 19 de Diciembre en apoyo de la resistencia civil ante la podrida y corrupta clase dirigente catalana.