El pasado lunes el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó en el último momento el decreto por el que se disuelven las Cortes y se convocan elecciones para el 20 de diciembre. Los partidos ya han comenzado a sacar su artillería electoral.

Serán 350 diputados los que se repartirán entre 50 provincias y las dos ciudades autónomas del Estado español. Cada provincia contará con dos diputados como mínimo, lo que los politólogos denominan prorrateo, es decir, una asignación fija (inorgánica) de escaños (el 29% de los escaños) a un distrito o circunscripción independientemente de su población excepto Ceuta y Melilla. Por otro lado, se distribuyen 248 escaños (el 71% del total) entre las provincias, de manera proporcional a la población mediante la fórmula matemática D´hondt.

Esta primera aproximación al sistema electoral español sirve de advertencia a Podemos y Ciudadanos, los las dos nuevas fuerzas que aspiran a incorporarse al sistema de partidos, ya que elementos como el prorrateo o el tamaño de la circunscripción suponen un gran obstáculo para ambos partidos a la hora de lograr representación. El sesgo mayoritario (bipartidista) del sistema se pone en marcha.

En total son 28 provincias las que aportan cinco o menos de cinco escaños al reparto general. Esto supone una penalización para la tercera y cuarta fuerza en votos y una sobrerrepresentación de la primera y segunda fuerza. Cuantos menos escaños se reparten, mayor es el porcentaje que se debe obtener para conseguir representación. De esta manera vemos como el umbral legal recogido en la LOREG (el 3% de los votos en una circunscripción) para obtener representación aumenta, estableciéndose una nueva barrera efectiva que varía entre el 16% y 19%.

EL TERMÓMETRO: ¿Dónde lo tendrán más complicado Podemos y Ciudadanos?

Provincias como Soria ( 2 escañaos), Zamora (3 escaños) o Teruel (3 escaños) se lo ponen, al igual que a las fuerzas minoritarias como IU o UPyD, muy difícil a los nuevos partidos políticos. Ceuta y Melilla no es un caso aparte ya que el único escaño en disputa en cada ciudad autónoma se lo llevará el partido que más votos logre.

Una circunscripción en la que vota el 1% del censo tiene, de promedio, un escaño más que lo que sería equitativo. Se trata de un exceso de representación aparentemente pequeño, pero muy notable en relación con el número de votantes del distrito. Hablamos por tanto de efectos mayoritarios que incentivan el bipartidismo.

Así, podemos hablar de lo que los politólogos Montero y Riera llaman efectos psicológicos en los electores y se manifiesta en lo denominado voto estratégico o voto útil. Los votantes al percibir que el partido que le gustaría elegir puede no llegar a tener representación optan por «reciclar» su voto en una fuerza que tiene más posibilidades.

No obstante, las posibilidades de obtener representación para Podemos y Ciudadanos aumentan conforme el tamaño de la circunscripción crece en los distritos que eligen entre 6 y 9 escaños (17 provincias) lo que deriva en una reducción de la barrera efectiva (9% y 11%). Downs diría que los beneficios (un escaño más) aumentan cuanto mayor es el tamaño del distrito o dicho de otra manera, el escaño es más barato en votos cuanto mayor es el tamaño de la circunscripción. Entre estas provincias podemos encontrar a Cádiz,  una de las provincias que gana un escaño, tal y como adelantábamos en PoliticAhora en febrero.

Madrid y Barcelona son las dos circunscripciones que más diputados eligen: 36 y 31 respectivamente. Aquí, un partido con el 3% de los votos tiene garantizado un escaño en una circunscripción de 33 diputados o mayor, es decir, solo en Madrid. En realidad, en circunscripciones de menos escaños la probabilidad también existe, pero tal y como apunta el polítólogo Alberto Penadés, decrece en relación inversa con la magnitud.

Aún así, los efectos en estas circunscripciones se aproximan notablemente a una verdadera proporcionalidad, donde el porcentaje de votos se transforma en un porcentaje similar de escaños.

Provincias sobrerrepresentadas e infrarepresentadas

Madrid con 36 diputados a elegir, tendrá en el Congreso de los Diputados a un diputado por cada 179.290 habitantes. Por otro lado, cada uno de los dos diputados que se elegirán por Soria corresponde a 46.110 habitantes. En el anterior gráfico se muestra el número de habitantes por diputado de cada provincia.

El sistema electoral, por tanto, provoca efectos distorsionadores de la representación. Tenemos por un lado circunscripciones sobrerepresentadas y otras infrarepresentadas. El tamaño de la circunscripción es determinante en este aspecto, siendo uno de los elementos que inciden en mayor medida a la desproporcionalidad del sistema. Un elemento que partidos como Podemos y Ciudadanos tendrán que superar de alguna manera si quieren llegar a la Moncloa.

 

Fuente: BOE | gráfico: Raúl Sánchez en el diario.es