Hace unos días se presentaba el programa marco del Partido Socialista en materia laboral. Ha levantado amplia polémica en distintos sectores de la sociedad y a lo largo y ancho de la política española. Este programa, que lleva el título de “Empleos con derechos”, subraya la necesidad de romper con lo hecho por el PP a lo largo de esta legislatura.

Comienza el texto con una clara alusión al gobierno no-liberal de Rajoy, al que el PSOE acusa de haber reducido los derechos de los trabajadores. Dice el documento que “las cifras de desempleo siguen siendo dramáticas: 425.000 trabajadores activos menos que en 2011, más de 5 millones de parados y una tasa de paro del 22,3%. Prácticamente la misma situación que al comenzar la legislatura”. No creo que haga falta recordar la situación que dejó el gobierno de Zapatero en 2011 respecto a lo que encontró en 2004, pero ya que les gusta comparar, comparemos pues:

Marzo 2004 Noviembre 2011
Afiliados a la Seguridad Social 16.894.920 17.204.030
Número de parados 2.181.546 5.273.600
Tasa de paro 10.74% 22.85%

Fuente: Ministerio de Empleo y Seguridad Social

Está claro que esta legislatura no ha habido grandes cambios en este tema, como muestran las estadísticas. Solo podemos decir que se ha frenado la sangría de parados que iban en aumento trimestre a trimestre con el anterior gobierno socialista. Pero no parece lógico que sean precisamente desde el PSOE los que se quejen de estar en “la misma situación que al comenzar la legislatura”. Aquellos que doblaron y más el número de parados y la tasa de paro vienen ahora a quejarse de que en estos cuatro años el paro no ha bajado.

Continúa el texto diciendo que “los socialistas nos fijamos un reto fundamental: promover la creación de empleo, pero empleo de calidad, que garantice una vida digna a los trabajadores”. En consonancia con lo anterior, ¿el PSOE está en condiciones de hablar de creación de empleo? La historia reciente nos dice que no.

“El empleo y el empleo de calidad no nacen de las leyes. Nacen de actividad económica sana, sostenible, fuerte, competitiva y en permanente adaptación a los avances de la ciencia y la innovación y abierta a las oportunidades”. Sin duda este fragmento es el que más me ha hecho pensar. El concepto lo tienen claro, pero en la práctica fallan, sobre todo con medidas como el salario mínimo, que es imponer un precio a través de la ley. Actividad económica sana, sostenible, fuerte y competitiva: precisamente es la liberalización de sectores económicos y la no intervención gubernamental la que permite dichas características económicas. Este párrafo queda bonito de cara al potencial votante, pero no de cara a un gobierno socialista, donde a mi juicio nada de eso (ni sana, ni sostenible, etc.) se cumpliría.

¿Qué propone el PSOE para mejorar la calidad del empleo, reducir la tasa de paro y aumentar la afiliación a la Seguridad Social?

Básicamente su programa se resume en tres puntos: derogar la reforma laboral del PP y aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores, subir el salario mínimo interprofesional y reducir la brecha salarial entre hombres y mujeres.

El Partido Socialista quiere derogar con carácter inmediato en caso de gobernar a partir de 2016 la reforma laboral que hizo el gobierno popular a comienzos de esta legislatura. A su vez quiere aprobar un nuevo Estatuto de los Trabajadores que acabe con las figuras del falso autónomo y del falso becario.

En la propuesta del PSOE se incluyen 3 tipos de contratos: contrato de trabajo indefinido para la cobertura de puestos de trabajo estables, contrato de trabajo temporal para la cobertura de puestos de trabajo temporales y contrato para la formación.

Por otro lado, el PSOE quiere aumentar el salario mínimo. El SMI no es más que un mandato que ilegaliza trabajar por debajo de un determinado sueldo. Es decir, aquellos que no produzcan valor por encima del salario mínimo estarán condenados a no trabajar. (¿Qué se diría si se prohibiera trabajar a aquellos autónomos que no ingresaran una cantidad en su negocio particular todos los meses?) Mientras que hablan de luchar contra el paro, condenan a miles de trabajadores a él. Triste pero cierto.

Otra medida que propone el partido dirigido por Pedro Sánchez es igualar los salarios entre hombres y mujeres. Es decir, ordenar por ley que hombres y mujeres cobren lo mismo. ¿No dicen que el empleo no nace de las leyes? Para conseguir esto, el PSOE propone: hacer obligatorio el permiso de paternidad e ir progresivamente ampliando la duración del mismo hasta hacerlo coincidir con el permiso de maternidad; y por otro lado, obligar a que todas las empresas tengan un 40% de mujeres en los Consejos de Administración.

Entonces en qué quedamos, ¿el empleo de calidad nace o no de leyes y mandatos gubernamentales? Por un lado dicen que no, pero la realidad es bien diferente. Medidas como aumentar el SMI, igualar por ley los salarios de mujeres y hombres u obligar el número de mujeres que tiene que haber en un Consejo de Administración demuestran el carácter intervencionista del PSOE.

El Partido Socialista quiere seguir regulando el mercado laboral, como todos los partidos políticos que tienen opciones de gobernar. Un mercado laboral rígido, en el que empresarios y trabajadores no tienen libertad de pactar el contrato que ellos dos quieran. Todos hablan de negociación colectiva, sin pararse a pensar que las necesidades de cada trabajador son diferentes.

En definitiva, el programa laboral que propone el PSOE consiste en seguir ahondando en el problema del mercado laboral español: creer que desde un gobierno se puede bajar el paro y aumentar el número de trabajadores (como si fuera magia), algo que solo se puede conseguir cuanto menos intervengan políticos y burócratas y más libertad haya entre empresarios y trabajadores para pactar el contrato, que ellos dos quieran y se ajuste más a la necesidad de ambos. Mientras sigamos poniendo palos a las ruedas de la economía española, el paro seguirá siendo un problema y sin atisbos de solución. Estoy de acuerdo con esa frase del PSOE, que desgraciadamente ellos solo lo ponen para la teoría: “el empleo y el empleo de calidad no nacen de las leyes”. Ni de mandatos gubernamentales. A ver si algún día se lleva a la práctica.

 


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