Volcando el tablero político y la marea de pactos resultante

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[dropcap]L[/dropcap]as elecciones autonómicas y municipales han confirmado en gran medida el cambio del mapa político español que se vaticinaba. Se constata la pérdida de la Izquierda por parte del PSOE en favor de Podemos y de una parte importante del Centro-Derecha del PP en beneficio de Ciudadanos.Pese a ello los dos grandes partidos se aferran al cómputo global para salvar la cara. El PP gana en número de votos y el PSOE conquista varias comunidades autónomas (siempre que consiga el respaldo de Podemos en ellas).

Las dos fuerzas políticas victoriosas de esta cita con las urnas son Ciudadanos y Podemos.El partido de Albert Rivera ha conseguido ser tercera fuerza en votos y concejales pero no es tan determinante como se esperaba.

La formación de Pablo Iglesias queda como cuarta fuerza, debido a sus pobres resultados más allá de las ciudades, pero tiene una cuota significativa de bisagra para pactos y lo más importante es que logra tanto Barcelona como Madrid (esto no es claro debido a posibles pactos y sobre ello incidiré después).

Antes de sacar la lupa hay que ver cómo le ha ido a otras formaciones.

El batacazo de IU es grande y solo sobrevive allí donde tiene más fuerza por tradición del PCE; Asturias y Andalucía (esta última que celebró elecciones con anterioridad). Aunque en Aragón y Castilla y León así como en Navarra consigue representación es de forma residual. Por tanto la coalición conserva el voto ideológico del PCE pero pierde la izquierda alternativa y Podemos le ha fagocitado el electorado.

El hundimiento completo ha sido de UPyD que desaparece del todo del panorama político salvo en algunos pueblos. De hecho Rosa Díez ya ha anunciado que no se presentará a la reelección en el congreso extraordinario anunciado tras la crisis interna originada por los malos resultados en las elecciones andaluzas ¿Será un Congreso para apagar la luz definitivamente o puede reaparecer la formación magenta?

La irrupción de VOX no se ha producido y no coge el voto desencantado conservador del PP. El partido de Santiago Abascal paga el voto útil de la derecha ante el miedo a Podemos que ha evitado fuga de votantes de los populares a este partido. Además el hecho de no conseguir representación en el Europarlamento, pese a haber estado cerca de lograrlo, le impidió acceder a cuota de pantalla. Su no aparición siquiera en Madrid es un duro golpe para el crecimiento de esta fuerza.

Ahora si. Una vez desplegado el mapa se observa que se dependerá de pactos en todas las comunidades autónomas y la mayoría de los ayuntamientos.

Es clave Podemos en las siguientes regiones; Aragón, Extremadura, Castilla la Mancha y Asturias. Por otra parte Ciudadanos es determinante en estas CCAA; Madrid, Castilla y León, Murcia y La Rioja. En cambio en Valencia, Baleares y Cantabria el protagonismo es de formaciones regionalistas aunque en ellas la fuerza de Pablo Iglesias sacó buenos resultados en las dos primeras.La situación de Canarias y especialmente de Navarra es singular.

La estrategia de pactos de las dos fuerzas emergentes no es previsible que varíen y por lo tanto exigirán mucho para votar a favor de la investidura de determinado partido pero no entrarán en gobiernos.

La única opción de pactar que tiene Podemos es con el PSOE salvo en Cantabria con los regionalistas, donde quizás tiren a abstenerse dependiendo de si consideran a Revilla de izquierdas o no.

En cambio Ciudadanos puede pactar tanto con el PP como con el PSOE siendo esto tanto una ventaja como un problema, pues no querrá ser identificado como afín a ninguno de los dos partidos aún mayoritarios (pese a inclinarse al Centro-Derecha y recibir muchos más votos de votantes liberales del PP este partido no renuncia a seguir intentando captar votos socialdemócratas). La intención de Albert Rivera seguramente era entregar al PSOE en Andalucía más en aquellas comunidades autónomas donde el PP lleva gobernando mucho tiempo (Castilla y León, Valencia, Murcia, La Rioja y Madrid) y apoyar al PP en aquellas donde gobiernan los populares desde hace poco (Castilla la Mancha, Extremadura, Aragón, Baleares y Cantabria) más algún feudo socialista (Asturias), aunque esa posibilidad ahora la pierde pues solo es determinante en cuatro lugares precisamente de tradición popular en las últimas décadas y puede descompensar el equilibrio de poder autonómico entre PSOE y PP ¿Qué hará la formación naranja? Probablemente apoyar a los socialistas en Andalucía y a los populares en Madrid, Murcia y La Rioja una para cada partido (PSOE o PP) y en Castilla y León como es muy difícil echar al PP (dependiendo de la decisión que hiciese Unión del Pueblo Leonés) allí apoyará a los populares.

En conclusión se avanza hacía:

-Gobiernos monocolor del PSOE en Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha y en Murcia o La Rioja. Quedando en el aire si IU gobernará con los socialistas o no, depende de su estrategia pues pueden temer el efecto andaluz y que Podemos les acuse colaborar estrechamente con el PSOE.

-Gobiernos monocolor del PP en Madrid, Castilla y León más La Rioja o Murcia.

-Gobiernos liderados por el PSOE con fuerzas regionalistas en Valencia (con Compromís), en Aragón (con la Chunta Aragonesista) y en Baleares (con varias fuerzas).

-Gobiernos liderados por regionalistas en Cantabria (Partido Cántabro con PSOE) y Canarias (Coalición Canaria con seguramente PSOE).

El caso de Navarra es muy singular pudiendo gobernar tanto UPN como Geroa Bai. Muy probablemente habrá orden de Ferraz para respaldar un gobierno monocolor de UPN que también recibiría el apoyo del PP, mientras que la otra posibilidad sería que los nacionalistas vasconavarros gobernasen en principio con Bildu recibiendo el apoyo de IU y Podemos (dudosamente estas dos fuerzas se integrasen en ese gobierno por la crítica que se les haría a nivel de España).

En el plano local hay varios giros en cuanto a los protagonistas pero las estrategias son similares. De esta forma Ciudadanos mantendría al PP en Sevilla y daría Albacete al PSOE por ejemplo,  Podemos entregaría Valladolid y Ciudad Real a los socialistas entre otras. Pero hay cambios teniendo que respaldar el PSOE a Compromís en Valencia y a Podemos en varias ciudades (Madrid, Zaragoza, Oviedo y Santiago de Compostela entre varias más).

El caso de Barcelona es singular porque el proceso independentista se mezcla con la política municipal. Habría que ver si la coalición En Comú recibe apoyo de CUP y ERC, ambas renunciarían al soberanismo porque Colau sin referéndum pactado con el Estado no se sumaría a una Declaración Unilateral de Independencia del Parlament de Catalunya si ganasen las fuerzas independentistas el 27 de septiembre, y tanto PP como PSC deberán decidir entre En Comú y el nacionalismo de CIU.

Se abre en definitiva un mapa político nuevo en el que se empiezan a ver tendencias sólidas y lo que eran huecos por donde emergen nuevas fuerzas ahora ya son autovías. Además se empieza una dinámica de pactos que puede enriquecer el panorama político siempre que haya responsabilidad y esta es indispensable para afrontar la etapa posbipartidismo que se abre.

 

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