Valdemoro y las elecciones municipales

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[dropcap]E[/dropcap]l próximo 24 de mayo se celebran elecciones municipales y autonómicas -excepto en Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía-. El año electoral sigue su curso, y después de unas elecciones andaluzas en las que pocas sorpresas hubo, les llega el turno a los municipios y al resto de Comunidades Autónomas. En este artículo me centraré en las municipales, y más en cuestión en mi municipio, Valdemoro, famoso por cuestiones que no me agradan en absoluto, como son Granados y la ‘Púnica’, entre otros aspectos.

Elecciones que poco tienen que ver con una elección real, pues no elegimos a nuestros representantes, sino que se vota una lista, hecha por los aparatos del partido -en algunos partidos políticos hacen elecciones primarias, que no son por sí mismas democráticas.  Robert Michels y la ley de hierro de la oligarquía-. Una lista que debería ser desbloqueada y abierta; que cada votante eligiera a quien quisiera y no a toda una lista impuesta por el partido correspondiente. Representación de verdad y esas cosas que los que se disfrazan de políticos no quieren hacer.

Una mano depositando un voto.
Una mano depositando un voto.

 

A diferencia de lo que ha ocurrido en los países del centro y norte de Europa, en España el nivel local de gobierno ha tenido tradicionalmente una importancia política y administrativa relativamente escasa. Pero la política municipal siempre ha sido la que más se acerca a mi idea de política, pues es la más cercana al ciudadano y es en ella donde resulta más fácil, a priori, conocer lo que los vecinos necesitan. Al fin y al cabo la política es representación, entre otras cosas.

En el caso que me incumbe, he de decir que Valdemoro se ha ido acostumbrado a alcaldes nefastos, prueba de ello Francisco Granados o José Carlos Boza. Es decir “política” en Valdemoro y que te venga el apellido Granados a la cabeza, puesto que él ha manejado todo, absolutamente todo, en el Ayuntamiento de Valdemoro, tanto de alcalde como en su etapa de Consejero en la Comunidad de Madrid.

Pero la política en Valdemoro debe ser más que una nefasta gestión de años anteriores. Se debe recuperar la ilusión, aunque sea bastante complicado, y superar traumas “granadinos” que poco bien hace a este pueblo. En ello están los demás partidos -tanto nuevos como antiguos-, aunque no parece que lo consigan con demasiada convicción. Veremos si esa renovación continúa después de las elecciones.

Ayuntamiento de Valdemoro
Ayuntamiento de Valdemoro

¿A quién votaría en las próximas municipales?

En el momento de escribir este artículo no tengo decidido mi voto, y aunque lo tuviera no lo diría, como es obvio. Mi voto iría para la candidatura que apueste por los siguientes puntos:

  • Reestructuración del personal municipal. Valdemoro gasta un alto porcentaje de sus presupuestos en personal y servicios externalizados (capítulos 1 y 2 de gastos). Hay un fuerte desequilibrio entre el personal propio del Ayuntamiento y los servicios que se externalizan. Se pierde eficacia y sobre todo eficiencia.
  • Eliminar el Impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana (IIVTNU) y el Impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO), ya que son impuestos totalmente prescindibles, pues son de naturaleza voluntaria para los Entes Locales.
  • Bajar los impuestos de naturaleza obligatoria hasta el mínimo permitido por ley. Estos impuestos son el Impuesto sobre bienes inmuebles (IBI), el Impuesto sobre actividades económicas (IAE) y el Impuesto sobre vehículos de tracción mecánica (IVTM).
  • Prohibir que el Ayuntamiento se endeude un solo euro. Nos hemos acostumbrado, tanto en la política municipal como en el resto de niveles políticos-administrativos, a que los políticos se endeuden como si no hubiera fin –debido a su afán de. Deben pensar que la deuda es un fantasma que con el paso del tiempo se va o un sueño que nunca se hace realidad.
  • Reducir tasas municipales y trámites. En definitiva, hacer más sencillas las gestiones que tenga que hacer un vecino de Valdemoro en el Ayuntamiento.
  • Transparencia y rendición de cuentas con el ciudadano, lo que considero básico, tanto para el buen funcionamiento de la administración local, como del resto de las administraciones públicas.
  • Amplia reducción de subvenciones.

Estos 7 puntos son esenciales para mí. Hay más, pero éstos son innegociables. En las elecciones municipales votaré a aquel partido que lleve en su programa electoral estos puntos. Como nadie los lleva -en su totalidad-, ya saben ustedes mi «voto» en las próximas elecciones municipales.

Algunos dicen que las elecciones son “la fiesta de la democracia”, a lo que contesto que fiesta será el día que se pueda elegir directamente a quien quieras que te represente los siguientes cuatro años en el parlamento local, autonómico o nacional. Mientras eso no ocurra no podemos hablar de ninguna “fiesta” relacionada con elecciones, que no son tal, sino simples votaciones para ver quienes se reparten el pastel.

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