La CUP pierde a seis miembros del secretariado después del “no” a los presupuestos

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Después de la negativa de la CUP en aprobar los presupuestos de la Generalitat presentados por el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, seis de los quince miembros del Secretariado Nacional de la CUP han dimitido en desacuerdo con la estrategia actual de la formación en el proceso soberanista.

Las seis personas que eran cercanas el movimiento Poble Lliure, organización integrada en la CUP – Crida Constituent, han decidido forzar una renovación urgente de la dirección del partido. Los seis dimisionarios -Joel Jové, Tomàs Sayes, Roger Castellanos, Omar Diatta, Guim Pros y Ester Rocabayera- han expresado en una dura carta que su gesto es porque anhelan “un cambio real del funcionamiento” de la formación. Con su dimisión, explican que quieren evitar una dimisión conjunta de todo el secretariado, hecho de debería haber pasado el lunes, ya que “daría una imagen errónea y cínica de la situación real de la organización”.

“Actitudes sectarias y maquiavélicas”

Los dimisionarios también cuentan en la carta que el secretariado actual, elegido en 2015 en una Asamblea en Castellón, no ha podido revertir al anterior secretariado y ha tenido “actitudes sectarias y maquiavélicas” que han sido decisivas en los debates sobre la investidura de Artur Mas y en la aprobación de los presupuestos.

El periódico catalán Diari Ara, adelantó esta misma semana que la CUP llevaba tiempo estudiando renovar la dirección del partido buscando así un equipo más cohesionado. Los hechos, que en principio deberían haber tenido lugar el lunes, se aplazaron porque algunos miembros del secretariado no acudieron al encuentro. El portavoz del secretariado de la CUP, Xevi Generó, explicaba en declaraciones a TV3 que “es necesario que el proceso de selección de los nuevos miembros termine antes de agosto para poder volver a los debates intensos”.

Votaciones ajustadas

La CUP votó a favor de mantener su enmienda a la totalidad de los presupuestos con 29 votos a favor, 26 en contra y tres abstenciones. Una secuencia muy ajustada que recuerda mucho a la incertidumbre vivida con la fallida investidura de Artur Mas tras las elecciones del 27S.

A pesar de los esfuerzos que realizó el Departament d’Economia, liderado por Oriol Junqueras, que incrementaba el gasto a través de la Ley de Estabilidad Presupuestaría para intentar contrarrestar los recortes sociales aplicados bajo la legislación de Mas, la propuesta no convenció a la CUP. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ofreció también un comité específico para poder realizar un seguimiento de la hoja de ruta hacia la independencia. Los 800 millones de euros en gastos sociales y el hecho de poder negociar un aumento del IRPF para grandes fortunas tampoco fueron suficientes para que la CUP votase a favor de los presupuestos catalanes. El rechazo por parte de la formación anticapitalista ya provocó sus primeras consecuencias, cuando Puigdemont anunció que se someterá a una cuestión de confianza en septiembre. En caso de no superar la votación, supondría su dimisión y se debería elegir un nuevo presidente.

 

 

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