Brexit y cómo han cambiado

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Cercano a nuestro 26J los ciudadanos británicos tienen su 23J, fecha en la que tendrá lugar el referéndum en Reino Unido sobre la permanencia en la Unión Europea o el temido Brexit. El primer ministro David Cameron prometió en su día realizar una consulta a este respecto, y su posición ha ido evolucionando desde un euroescepticismo más claro a una posición pragmática. También vimos recientemente al presidente Obama lanzando mensajes a favor de la permanencia e incluso ha habido insinuaciones de que la propia Reina de Inglaterra y su nieto estarían a favor del no al Brexit.

La integración europea siempre ha sido un tema polémico, espinoso y delicado en la vida política británica. Los ingleses, ante todo, se sienten orgullosos de su larga tradición democrática y de la soberanía del parlamento. Por eso, el tema europeo, parece que se ha instalado como uno de los nuevos cleavages en Reino Unido y, en ocasiones, ha parecido estar a punto de romper al partido Tory.

Actualmente, las posiciones de los dos grandes partidos frente al referéndum, son las siguientes:

En el Partido Conservador nos encontramos con los que están a favor de quedarse en la UE aceptando las condiciones establecidas por el pacto entre Cameron y Bruselas y los partidarios del Brexit. La primera postura se encuentra liderada por el primer ministro David Cameron como figura más relevante. La segunda es liderada, entre otros, por el hasta hace poco alcalde de Londres Boris Johnson.

Por el contrario, el Partido Laborista en las últimas décadas se ha caracterizado por una posición pro europea y por la reducción del número de euroescépticos entre sus filas. Es cierto que, de cara al referéndum, existían dudas sobre la posición del nuevo líder Jeremy Corbyn y su tardanza en confirmar que harían campaña por la permanencia. Pero estas dudas tenían más que ver con las posiciones más a la izquierda que él representa y la política económica de la Unión. Por lo general el laborismo es pro europeo, pero creen que se debería seguir otro camino en el proceso de integración.

Por otro lado, nos encontramos con el UKIP, cuyo motivo de existencia principal es la salida, y a los Liberal Demócratas que se declaran claramente a favor de la permanencia[1].

Pero ¿Han mantenido siempre los dos partidos mayoritarios la misma postura? La respuesta es no. Solo hay que acudir al año 1950 cuando el ministro de exteriores francés Robert Shuman invitó a Gran Bretaña a incorporarse a las conversaciones para la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA), origen de la actual Unión Europea.

El conocido como Plan Shcuman fue largamente debatido ese año en la Cámara de los Comunes y la posición de los laboristas fue prácticamente de hostilidad a él. En el debate, los parlamentarios laboristas denunciaban la posibilidad de que la Alta Autoridad pudiera ejercer un control burocrático en el mercado común del acero y del carbón y que pudiera actuar sin la aprobación estricta de los gobiernos nacionales. Es más, el laborista Maurice Edelman argumentaba frente a los conservadores diciendo: “Sería una oligarquía impuesta a Europa, una oligarquía que, con poder arbitrario y con enorme influencia, podría afectar a las vidas de todos los ciudadanos de este país”[2]. ¿Les suena este tipo de argumentación? ¿No les recuerda a los argumentos utilizados por Niggle Farage?

Por el contrario, en aquella época, conservadores como Bob Boothby contra argumentaban: “¿Deseamos verdaderamente quedarnos aislados? A fin de cuentas, la soberanía nacional desenfrenada sigue siendo la causa principal de los más espantosos desastres que nos han acaecido en este siglo de pesadilla”[3] (recordemos que la II Guerra Mundial había terminado apenas unos años antes). Pero sin duda, la defensa más ferra, fue la de Winston Churchill. El héroe que lideró el país durante la guerra, argumentaba con frases como “ será mucho mejor para nosotros participar en las discusiones que quedarnos a un lado y permitir que los acontecimientos se sucedan sin nosotros” o cuando en 1946 en Zúrich decía “Hemos de construir unos Estados Unidos de Europa […] Si en principio no todos los Estados de Europa están dispuestos o pueden incorporarse a la Unión, debemos sin embargo proceder a juntar y combinar a los que sí quieren y pueden” (también debemos recordar que medio continente estaba bajo el yugo comunista y en España o Portugal las dictaduras de Franco y Salazar).

Finalmente, el gobierno laborista de Attle rechazó la incorporación a las negociaciones de las que surgiría el embrión de la actual unión. Esto, en palabras de Boris Johnson, uno de los líderes conservadores más prominentes en la defensa del Brexit, supuso que “los británicos perdimos el autobús europeo, el tren […]Tendría que pasar casi un cuarto de siglo para que Gran Bretaña acabara incorporándose – en un momento en que las estructuras de la UE ya estaban fijadas de un modo inadecuado para Gran Bretaña y para la concepción purista de la soberanía democrática nacional.”[4]

Pero es cierto que, la cuestión sobre la UE, nunca ha sido clara entre ninguno de los líderes políticos británicos. Antes decíamos que Cameron pasó de un euroescepticismo moderado a un pragmatismo que defiende la permanencia. También en Churchill podemos observar sus recelos respecto a Europa. En los años 30, en una de sus primeras intervenciones a favor de unos Estados Unidos de Europa, decía “Estamos en Europa, pero no somos de Europa. Estamos vinculados, pero no comprometidos. Estamos interesados y asociados, pero no absorbidos.”[5]

Como vemos, desde los partidos, pasando por los líderes políticos; todos, han sufrido una evolución y vaivenes en su posición respecto al asunto europeo. Puede ser que tenga razón el excéntrico Johnson y que el problema viene de que Reino Unido perdió el tren de participar y moldear los orígenes de la Unión cuando la arcilla aún estaba fresca y con unas estructuras que respondieran más a la tradición liberal, democrática y de soberanía parlamentaria del país. Eso ya nunca lo sabremos. Pero ahí están los pasos de una postura a otra. Sin duda, el ejemplo de estos cambios es el de la Dama de Hierro. También estoy seguro que, muchas de las posturas asentadas en el partido conservador, tienen el origen en ella. He de decir también, que si yo no fuera español y la solución de España no pasara por aquello que decía Ortega de “España es el problema Europa la solución”. Diría que en algunas posturas tienen razón los euroescépticos y las predicciones de Margaret Thatcher sobre Europa y Alemania. La Dama de Hierro pasó de su época como líder de la oposición haciendo campaña a favor del “yes” en el referéndum de 1975 a su famoso discurso del ¡No!¡No!¡No! o su discurso en Brujas en el Colegio de Europa. Hay quien dice que, en el fondo, ella, siempre fue una euroescéptica. Que en esta visión influía sus vivencias durante la II Guerra Mundial y a que no daba credibilidad a que las nuevas generaciones de los alemanes de post guerra fueran diferentes a los de antes de ella. En alguna ocasión, llegó a decir que, en el fondo, el Euro era una formula inventada por los alemanes para controlar el continente (en nuestros días son muchos los que dicen que nos gobierna Ángela Merkel). Lo que es claro, es que a pesar de que los partidos vayan del euroescepticismo a las simpatías, todos los primeros ministros, son conscientes de que no pueden darnos del todo la espalda al continente que se extiende al otro lado del Canal de la Mancha. Ella decía en su discurso de Brujas “Trabajar juntos no significa que el poder tenga que estar centralizado en Bruselas o que las decisiones tengan que ser tomadas por la burocracia… Nosotros no hemos puesto fronteras al Estado en Gran Bretaña, solamente, para verlas reimpuestas a nivel europeo con un ejercicio de dominación de un super Estado Europeo controlado desde Bruselas”[6]. Puede ser que aquí este el origen, no solo del problema del Brexit, sino también de todos los países del sur de Europa.

 

 

 

 

[1] http://www.telegraph.co.uk/news/2016/03/21/eu-referendum-who-in-britain-wants-to-leave-and-who-wants-to-rem/

[2] Maurice Edelman, 27 junio 1950, Handsard,HC DEb, vol 476.

[3] Robert Boothby, 27 junio 1950, Handsard,HC DEb, vol 476.

[4] Boris Johnson,” El factor Churchill” Alianza Editorial, 2015 traducciñon de Ramón Buenaventura.

[5] Winston Churchill, “Why Not the United States of Europe”News of the World, 29 de mayo de 1938.

[6] Jonathan Aitken,” Margaret Thather. Power and personality” Bloomsbury,2013

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