[dropcap]E[/dropcap]l acto empezaba a las 21:00, eran casi menos cuarto cuando llegué y si ya el aparcamiento fue difícil la entrada a la sala fue casi imposible. Intento entrar por otra puerta, y esta vez no solo consigo entrar, sino que uno de los organizadores, al verme, hace un gesto a una de sus compañeras situada al lado del escenario, “jóvenes hacia delante”.
Mientras me sitúo, escucho a los organizadores hablar acerca de la cantidad de personas que habían acudido y que avisarán cuando esté “casi todo el mundo sentado” para que entren. A los 10 minutos, con la sala llena y gente apoyada en las paredes suena el himno a todo volumen –el original, nada de ritmos latinos– y entran Telmo Martín, el anfitrión y organizador del acto; Ana Pastor, Ministra de Fomento y candidata por Pontevedra; y Alfonso Rueda, Presidente provincial. Entre foto y foto, echo cuentas y me falta alguien. En un primer momento, pensé que había sido torpeza mía por no informarme bien. Además, nadie parecía sorprenderse, así que pienso, bien. Al final va a ser que Feijóo directamente no venía.
En esto, Telmo Martín comienza su discurso sin apenas esperar ni instrucciones, ni que la comitiva tomase asiento, se dirigió directamente hacia el atril y comenzó por todo lo alto y en gallego: no voy reiterar que estamos en un Gobierno en funciones, “porque de tanto decirlo ya suena a recochineo, y aunque alguna diferencia hay [entre estar en el Gobierno y estar de funciones], ahora mismo nos entendemos”. A partir de ahí, mensaje a los indecisos y sobre sus adversarios, apuntó que son opciones que ya se han retratado en los últimos meses, y aunque dijo que no quería entrar en la política del miedo, advirtió que ya sabemos a quién tenemos.
Después, con un tono más humorístico habló de los tertulianos, de todas las cadenas y todos los partidos: “les voy a pedir que gobiernen que parece que saben más que nosotros”.
El siguiente en tomar la palabra fue Rueda. Antes de empezar agradeció a los vecinos de Cambados su presencia, habían ido en un autobús y estaban sentados en la parte de arriba de la sala. Al referirse a ellos se levantaron, aplaudieron, y alguno contestó con gritos. Después, disculpó a Feijóo por llegar tarde– ¡Ah vale! todo correcto – y acto seguido, comenzó su discurso.
Hizo un repaso sobre cada partido, pero el momento que más me llamó la atención fue cuando habló de Podemos y su capacidad de gestión: “ahora resulta que la gestión es fácil. Hablan de dar una renta fija, de aumentar el gasto público, y digo yo ¿de dónde sacan el dinero? Había un botón mágico con él y los del PP somos parvos y no supimos verlo”. Cuando acudes a un mitin, seas del partido que seas, probablemente ya estés convencido, así que el mensaje caerá bien. Sin embargo, me sorprendió que pudiendo referirse a la metáfora de la varita mágica con la que Podemos pretende solucionar todos los problemas- por ejemplo- se refiriese al tema del dinero.
Sobre Ciudadanos, apuntó que en Galicia no se sabe ni quién se presenta, ni qué proyecto tienen, y aludió indirectamente al acto protagonizado por Arrimadas en Coruña el pasado mes de diciembre.
Y cuando supongo que iba a empezar a hablar del PSOE -la verdad no lo recuerdo bien por lo que viene ahora- empezó a sonar el himno (de nuevo), la gente se levanta, aplaude, entra Feijóo, saluda a toda la comitiva y desaparece el himno. Poco importa dónde nos había dejado Rueda, inmediatamente después, entra Ana Pastor. Esta centró su ponencia en su trabajo al frente del Ministerio de Fomento y puso en valor el trabajo de Rajoy en los últimos cuatro años.
El final del acto llega tras la intervención de Feijóo, medio en castellano y medio en gallego. Prácticamente se centró en movilizar el voto “para que no puedan decidir por nosotros, y para que sea imposible que vuelvan a bloquear nuestro país”. Como no podía ser de otra forma, se volvió a escuchar el himno mientras la gente volvió a llenar las salidas, pero esta vez más seguros todavía de qué depositar en la urna el próximo 26J.