El giro copernicano del PP

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Por Fran Encinas

Desde que Pablo Casado saliera elegido en aquel congreso en el 2018 donde nos soltó aquel discurso que parecía que íbamos a tener un líder de verdad en ciernes, en el PP nos han estado diciendo todos los días ─Y no les falta razón, incluso con adjetivaciones demasiado suaves para lo que se merece este gobierno Franquenstein─ que malo es este gobierno, que Sánchez miente, que este gobierno quiere cambiar de régimen, que si es un gobierno que roza el delito, que se saltan la Constitución, que si el ministro tal ha sacado tal ley infame, que si los de Podemos son comunistas bolivarianos que quieren destruir España etc. etc. Pero hasta ahora, no sabíamos a ciencia cierta sus verdaderas intenciones, como digo, hasta ahora, pues por fin se nos anuncia a bombo y platillo que sí, que el Sr. Casado y el PP están negociando algunos órganos judiciales y del estado, entre ellos el Tribunal Constitucional, aunque recalcan, que el C. G. P. J. de momento, que no, que más adelante. 

¿Tribunal Constitucional?…

Sobre el Tribunal Constitucional, este debería de desaparecer, pues es un tribunal político y no judicial. Es decir, a sus miembros los nombran los políticos, o más bien la cúpula de la mayoría de partidos políticos, no todos, pues Ciudadanos y Vox siempre se negaron a tal enjuague. Pero en definitiva sus miembros son nombrados a dedo por esos lideres, para en el caso de necesitar favores de ese tribunal, presuntamente delincan sin ningún rubor y aprueben, o no, leyes a la carta. Uno de los casos más escandalosos fue cuando votaron a favor de la Ley Integral de Violencia de Género (Viogen, aunque hay muchas más), una ley de todo punto inconstitucional, lo nieguen los magistrados de ese tribunal, como si lo dice María Santísima o el sursuncorda: es inconstitucional. Lo confesó ante el mundo Alfonso Guerra, en una supuesta conversación con un presidente del TC donde Guerra le expresaba así su opinión al respecto del inminente fallo de aquel recurso: 

Alfonso Guerra ─ Al congreso llego una ley donde actos penales, si estaban ejecutados por hombre o mujer, tenían sanciones penales diferentes─ 

─Pero esto está en contra del artículo 14 de la Constitución, dijo Guerra─ 

Interlocutor ─Pero hay más casos─ 

Guerra ─Pero el hecho que haya más no cambia la tipología del delito. 

─No puede ser, se aprobó─

─Alguien lo presentó al TC, yo hablé con el presidente del tribunal. Era persona conocida. Le dije oye que esa ley…─

Presidente del TC ─Hombre esto es inconstitucional─

Guerra ─Salió la sentencia: ley constitucional. Y le dije al presidente, ¡pero bueno! ─

Presidente del TC ─Pero tú sabes la presión que teníamos, como podíamos soportar esa presión─

Pero al final, Alfonso Guerra dice algo inadmisible, pues comenta:

─A mí me parece absolutamente injusta esa sentencia, pero hay que acatarla, la democracia es así ─

Vamos a ver, Sr. Guerra, lo que Ud. está diciendo es que, porque un tribunal, sea el que sea, cometa un delito de prevaricación gravísimo, que deja a los hombres completamente indefensos ante la igualdad de la justicia entre los españoles, al margen de anular la presunción de inocencia, lo tenemos que dar por valido, cuando los magistrados que lo aprobaron deberían de ser procesados por un presunto delito de prevaricación, con unos perjuicios terribles para miles de hombres que han sufrido en sus carnes esta ley ilegal, infame y deleznable. O, dicho de otra forma, a quien aprobó semejante injusticia se le premia, pero a los que somos juzgados por esa ley, tenemos la “espada de Damocles” sobre nuestras cabezas, pues tan solo se necesita que una mujer malintencionada que quiera hacer el mal a su pareja, éste se verá abocado a la destrucción de su vida tal y como la conocía hasta ese momento. 

Esa ley fue aprobada en el Congreso por unanimidad. Ningún diputado tuvo el valor y la dignidad de votar en contra de una ley que violaba el Artículo 14 de la Constitución, ni tan siquiera el PP. 

Pablo Casado al descubierto

Y es que, lamentablemente tardamos poco tiempo en descubrir que todo había sido eso, el líder del cuarto de hora, que fue lo que tardó en embelesarnos aquel aspirante a la nada, pues fue eso lo que le duró el liberalismo al Sr Casado; un cuarto de hora y la nada como recompensa. Pero un líder no es solo un discurso, Aznar tenía discurso –Aún con su balbuceo simpático, a veces ininteligible– pero también tuvo la inteligencia de dejar en las mejores manos posibles el gobierno de España, y en muchas cosas acertó, en otras, también erró, pero al menos tuvo la decencia de gobernar España con liderazgo. Pero luego empezó a pactar con los secesionistas de Puyol y los del PNV y se estropeó. Éstos se disfrazaban de nacionalistas, como si el nacionalismo fuera mejor; no es mejor ni peor, es lo mismo. Distinto veneno al comunismo, pero con un mismo objetivo: la destrucción de la nación española. 

Pues eso, lo del Sr. Casado se quedó en un discurso y lo demás se convirtió en «agua de borrajas». Eso sí, hay que reconocerle que es un parlamentario excelente, con muy buena dicción, entonación, vehemencia cuando ha de darla y contundencia. Pero claro, un buen parlamentario, sin los valores intrínsecos que se le deben de presuponer, es decir, con una ética a prueba de bombas y con una moral fuerte que se le debe de exigir, además de un comportamiento intachable, incorruptible y leal a España, sin eso, no hay líder que valga. Se le puede llamar de muchas formas, pero no es un líder, o candidato a la presidencia de un país. 

Por cierto, en España la mayoría de partidos políticos no son democráticos en su funcionamiento interno o en su organigrama, a sus lideres los eligen las cupulas de los partidos o los compromisarios en esos congresos donde “el pescado esta todo vendido”, o lo que es lo mismo, ya se sabe quién va a ser elegido. Eso en los congresos, en cuanto a las primarias, se presentan dos candidatos, es elegido uno solo por los afiliados, una ínfima minoría exigua comparado con el electorado que somos la inmensa mayoría que no estamos afiliados a ningún partido. Pero si a la cúpula de ese partido no le gusta ese candidato, lo echan como ya pasó en el PSOE con varios candidatos elegidos en primarias. 

La democratización de los partidos

Pues lo verdaderamente democrático seria que aquellos ciudadanos que quisieran, pudieran ir a votar de forma libre a la elección de los lideres de aquellos partidos de su interés y poder tener el derecho a votar a esos lideres de los partidos. ¡Hombre! está claro que yo nunca votaría para elegir a líder de un partido de izquierdas, pero no estaría mal el poder discernir y votar a los lideres de la derecha. Se elegirían a candidatos muchísimo más preparados ─No digo que en la actualidad no los haya, que alguno hay y todos os imagináis en quien estoy pensando, pero incluso ese, estaría muchísimo más respaldado de haberlo votado la inmensa mayoría y no solo los de su partido─ 

No me cabe la menor duda que a la hora de presentarse ante los ciudadanos y no ser elegidos por los suyos solamente, se mejoría enormemente a los candidatos para ser presidente del gobierno de España. Les pondré un ejemplo: ¿Quién voto a Felipe González? Este ya venía elegido del congreso de Suresnes. ¿Quién votó a ZP? Su partido. ¿Quién votó a Aznar? Su partido. ¿Quién votó a Rajoy? Aznar, que le eligió y su partido lo ratificó. ¿Quién votó a Pablo Iglesias? Su partido ¿Quién voto a Pedro Sánchez? Su partido, en aquellas primarias con pucherazo incluido, donde se pilló a un colaborador de éste detrás de una cabina de votación introduciendo papeletas en una urna. 

Y así todos y cada uno de los dirigentes de los partidos en España, sean buenos o malos, decentes o criminales, lideres impecables o criminales impunes involucionistas como ZP, Sánchez, Pablo Iglesias, Errejón, Monedero, Otegui, Puyol, Puigdemont, Junqueras etc. 

Los partidos no pueden ser organizaciones cerradas a cal y canto a la sociedad, que luego tienen que votar a un líder que ellos no eligieron para serlo. ¿O es que, para votar a los representantes de los partidos, hemos de estar todos afiliados a los mismos? Esto sería una idea descabellada y totalitaria, como en las peores dictaduras del mundo. Al margen de la nefasta ley electoral española, donde partidos con una representación ridícula o exigua puedan controlar el ejercicio de gobierno de la nación, cuando todos sabemos que solo miran por sus veleidades secesionistas, como pasa en Cataluña y Vascongadas.

Las palabras de la infamia

Aún recuerdo aquellas obscenas palabras en la moción de censura que presentó Vox al gobierno, en vista que el Sr. Casado se negó, aun liderándola, como así le propuso Santiago Abascal, a presentarla ellos. Aquellas palabras resuenan aún en mi mente: «Nuestra patria es España y por nuestra patria este partido, que usted conoce bien y que a usted le conoce muy bien, ha pagado un tributo de sangre, que ahora pisotean personas como ustedes». Refiriéndose a Santiago Abascal y a Vox.

El globalismo y el PP

Es muy difícil para cualquier persona con sentido crítico pasar por alto el tema del globalismo, que parece importar muy poco o nada al PP del Sr. Casado. Casi diría que como aceptándolo de buen grado, manteniéndose a una distancia prudencial, o incluso en silencio. Por esta razón habrá que deducir, habrá que colegir que la cúpula de este PP está de acuerdo con la amenaza globalista a escala mundial, pues jamás se ha pronunciado sobre este asunto, ni para bien, ni para mal, más bien se pone de perfil y eso es un síntoma claro de ceder o ser dominado por las élites globalistas. Por lo tanto, no sería descabellado pensar que el PP, no en sus bases, pero si en su cúpula, ha caído en las garras de aquellos que quieren destruir nuestro modus vivendi.

Las contradicciones

Pero el problema, es que el PP nos tiene acostumbrados a esto, donde un día dice una cosa y al día siguiente la contraria. O dice algo en Galicia y la contraria en Madrid. Bajo mi punto de vista, el PP ha perdido sus señas de identidad, su norte ideológico, que muy vagamente recuerdo en tiempos de Aznar que haberlos los hubo, aunque solo fuera un destello. Por ejemplo, cuando ganó Rajoy por primera vez, nombró a Gallardón como ministro de justicia y prometió solemnemente: «Vamos a acabar con el obsceno espectáculo de ver a políticos que nombran a los jueces que pueden juzgar a esos políticos» 

Pero como digo, fue un fugaz destello de honradez que duró lo que duraron sus palabras en extinguirse en el vacío, en el éter, quedando tan solo para recordarnos lo que pudo haber sido y nunca fue. Éste sería buen epitafio para los últimos años del PP y la de sus dirigentes, más preocupados por sus propios intereses y negocios que los intereses que importan, que son los intereses de todos los españoles y, ante todo, defender a España de sus enemigos: del PSOE, de Podemos; un partido comunista bolivariano y totalitario; o los secesionistas, que llevan golpeando a la democracia de forma pertinaz, con golpes de estado en el parlamento de Cataluña. O los comunistas de todos los pelajes, los etarras etc.

Aunque de aquel PP a este, es decir, del PP de Aznar, aunque fuera efímero, el cambio fue desastroso, por no decir patético. Este partido no tiene nada que ver con el PP de Aznar y de aquellos líderes de entonces, ahora la mediocridad abunda, agravado por esta dirección, donde se permite el lujo de apartar a políticos de mucha más valía y enjundia que los actuales, como Cayetana, Alejandro Fernández y otros que García Egea y Casado se han “limpiado”.

“La mano que mece la cuna”

Me pregunto con qué luz le ha iluminado ahora Sánchez a Casado, o como digo en el subtítulo, la mano ─de Sánchez─ que mece la cuna al PP para que ahora, en este preciso instante, el Sr. Casado acepte negociar y pactar el nombramiento y la renovación de jueces y miembros de otras instituciones del estado. Es el mismo Sánchez, aquel que plagió su tesis, aquel que es un mentiroso, aquel que va a las sesiones de control a mentir a los españoles y a no contestar absolutamente a nada, aquel que aprueba leyes inconstitucionales, o pisotean la Constitución día si día también. Pues ahora, la oposición del PP y su máximo representante Pablo Rajoy, o Mariano Casado decide «encamarse» con ese mismo PSOE traidor que había pactado con los secesionistas catalanes y vascos, con los asesinos etarras de Bildu, con los comunistas del peor pelaje stalinista y criminal, o peor aún, donde ZP es el embajador de la dictadura más execrable, junto con la cubana, de Iberoamérica.

Pero lo peor de todo, es que Pablo Casado sabe que el PSOE es un partido criminal, no puede llevarse a engaño, entonces, ¿por qué pacta ahora, en este preciso instante con ellos?

Las causalidades y las hipótesis

Pero es que esta circunstancia de la negociación y pacto entre ambos partidos, PSOE y PP coincide en el tiempo con la declaración de la fiscalía que comunicó que iba a archivar las querellas abiertas contra el rey emérito, D. Juan Carlos I, por no encontrar indicios que sugieran continuar con las mismas, aunque advierte que esto no quedará así. Amenaza que no se puede permitir ningún fiscal y menos contra la figura del rey. Si archiva esas querellas es porque no tienen pruebas contra D. Juan Carlos, pues de lo contrario, la extrema izquierda, de la mano de algún juez con ganas de ascender, de esos de nuevo cuño del comunismo del siglo XXI, hubiera llegado hasta el final. Recordemos que este es el penúltimo episodio de causalidades de este “vodevil”, no sin antes haber tenido otras como, por ejemplo: según la exclusiva que dio Belén Silva, colaboradora de varios canales de YouTube, en La Tarde 2.0 de D. Luis J. Martín, donde al parecer (y esto no es opinión, sino información), según sus fuentes, éstas de toda confianza, D. Juan Carlos se habría reunido en Sangenjo con Mariano Rajoy en el mes de agosto de este mismo año. De igual manera, esas mismas fuentes revelan, según declara Belén, que en el mes de septiembre habría habido otra reunión de D. Felipe VI, también con Mariano Rajoy, pues fueron vistos, tanto a D. Juan Carlos, como a D. Felipe por varios testigos de la zona de Sangenjo. Recordemos que Mariano Rajoy tiene una casa en esa población gallega. Y la última causalidad es que tan solo hace dos semanas, el PP celebró la que llamaron la convención nacional de su partido, donde Pablo Casado se fue reuniendo con los líderes de algunas de las CCAA. 

Para que se hagan una mejor idea de todas estas “causalidades” se lo diré por el orden que ocurrieron: primero fueron las reuniones entre Mariano Rajoy y SM Juan Carlos, al mes siguiente, en septiembre, la reunión con D. Felipe VI, a continuación, se celebró la convención nacional del PP, entre el 27 de septiembre y el 3 de octubre. El día 13 de octubre, Miguel Ángel Pérez de Libertad Digital publicaba según fuentes del TS: “Se va a archivar la investigación al rey Juan Carlos, pero nos vamos a despachar a gusto” 

Por último, como ya he contado, Pablo Casado declara estar negociando con el PSOE diversos órganos del estado, como por ejemplo el Tribunal Constitucional, el de cuentas etc. 

A la pregunta de un periodista ─ ¿Va a seguir negociando con el PSOE? ─

Casado ─Por supuesto─

¿Reuniones secretas, pactos en la sombra, giro copernicano o las tres cosas? 

Yo me limito a exponer los hechos y Uds. saquen sus propias conclusiones, pero ante tanta casuística, no es de extrañar que los acontecimientos se nos antojen premeditados, planificados y dispuestos de tal forma y manera que no es difícil adivinar lo que acontecerá en breve en España. Dejen libre su imaginación y atentos a nuevas publicaciones e informaciones de éste, su humilde servidor, o de los canales habituales donde les contaremos la verdad y solo la verdad.

 

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