Eric Zemmour: conoce la vida y opiniones del candidato que amenaza con destronar a Le Pen

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Fotografía de: L´Obs

 

Eric Zemmour ha saltado a la palestra política de una forma sorpresiva en los últimos tiempos. De ser un individuo prácticamente desconocido fuera de Francia- y tampoco especialmente relevante en su propio país- ha logrado convertirse en una figura internacionalmente conocida que amenaza con romper la estirpe de los Le Pen como grandes representantes de la derecha en Francia. En este breve reportaje repasamos su vida y sus planteamientos para poder conocer quién es Eric Zemmour.

Eric Zemmour es un periodista, ensayista y escritor muy conocido por sus polémicas posturas en relación con temas como el libre mercado, la inmigración o el islam dentro de las fronteras de la Unión Europea y Francia.

Zemmour inicia su carrera en el año 1986, tras fracasar en varios intentos consecutivos, para acceder a la Escuela Nacional de Administración, un centro de formación funcionarial muy elitista, de la cual han provenido la mayoría de los presidentes y altos cargos políticos franceses. Tras eso, comenzar su carrera periodística, formando parte del equipo de redacción de varios de medios de comunicación. No obstante, su renombre comenzaría verdaderamente a partir de 1996 cuando el diario Le Figaro lo contraría como analista político.

Desde su columna realizaría numerosos análisis, siempre polémicos, si bien teniendo bastante aceptación entre los lectores del diario conservador. De hecho, en el año 2010 ganaría el premio de “la libertad de expresión”, siendo galardonado por la academia francesa por su labor periodística. Aún así, y si bien realizó análisis políticos muy valorados como sus artículos dedicados a Edouard Balladur (Balladur, immobile à grands pas, 1995) y Jacques Chirac (L’Homme qui ne s’aimait pas, 2002) en 2009, tras una polémicas declaraciones pronunciadas en Canal+ durante un debate político, fue apartado del diario principal y destinado a Le Figaro Magazine( un suplemento de Le Figaro), donde realizó criticas culturales.

Durante esta etapa comenzaría a realizar un programa de radio de la cadena RTL de carácter político llamado “Z come Zemmour”, que en poco tiempo batió récords de audiencia y donde estuvo hasta el año 2019, cuando- de nuevo a causa de unos comentarios en relación con la inmigración- la emisora decidió prescindir de él. Pese a esto, Zemmour había estado aprovechando el tiempo, y a raíz de la gran notoriedad que había adquirido como polémico periodista y presentador radiofónico publicaría varios libros que se convertirían en Best Sellers.

El más destacado de estos fue Le Suicide Français en 2014. En este libro reflexionaba sobre la decadencia moral de Francia como nación que, temiendo recalcar su propia identidad, se había dejado someter por las tendencias globalistas, izquierdistas y liberales mientras dejaba atrás todo aquello que en su momento había constituido a Francia como una nación gloriosa. Con este libro obtendría una gran fama que le permitiría en 2019 incorporarse a Face à l’info, un programa televisivo de tertulia política que lidera los rankings de audiencia en Francia.

Lo más curioso es que Zemmour ni siquiera se ha presentado de forma oficial a las elecciones presidenciales de 2022. De hecho, cuando su actividad en Face à l’info fue detenida, al considerar la cadena que no podía seguir actuando de periodista si pretendía presentarse, Zemmour afirmó que el no había expresado esa intención y que se encontraba en desacuerdo con el medio de comunicación. Pese a esta extraña posición, en la actualidad el polémico periodista se ha situado como segundo candidato para el electorado francés. De hecho, las últimas encuestas sitúan a Macron con un 24% de intención de voto y luego a Zemmour, que ha logrado superar a Marine Le Pen, colocándose con un 17% por encima del 15% de la eterna candidata del Frente. Solo queda esperar si viendo estos buenos resultados, Zemmour aceptará finalmente el mandato que parece querer imponerle el electorado francés.

 Sus planteamientos

Fotografía de: Tellereport

Zemmour es un hombre polémico. De hecho, el mismo ha mostrado y declarado más de una vez su intención de escandalizar. En su libro de 2011, Le bûcher des vaniteux , el autor abogaba por la caída de toda censura política, de crear un periodismo y una escritura naturalmente contestataria con el objetivo de poner en duda la realidad moderna y aquellos dogmas considerados inamovibles. Alrededor de esta idea, de la lucha contra los dogmas establecidos, se establece buena parte de los planteamientos políticos de Zemmour.

Habitualmente se le ha situado en la derecha o la extrema derecha política, aunque el mismo ha reconocido que ha votado también a los socialistas franceses, en concreto, por Francois Miterrand. De acuerdo con su postura, la distinción entre derecha e izquierda es algo bastante atrasado, siendo, de acuerdo con este periodista, un asunto meramente demagógico. De hecho, Zemmour afirmaba en el 2017 en Z come Zemmour que este planteamiento no respondía a la realidad actual, que se debía leer en clave de soberanía o no.

Soberanía Francesa- Patriotismo nacional

Uno de los puntos más destacados de los planteamientos de Zemmour es su marcada defensa de la soberanía francesa. De acuerdo con este periodista, Francia habría perdido su soberanía al haber caído en manos de las tendencias globalistas. Asimismo, Zemmour realiza una carga moral contra los planteamientos universalista, de acuerdo con su visión, nacidos en su máxima expresión tras mayo del 68. Esto le lleva a ser muy crítico tanto con los “valores franceses actuales” a los que considera contrarios al verdadero ser francés, así como con la Unión Europea, afirmando que Francia se encuentra en la actualidad bajo el “dominio de poderes extranjeros” que buscan socavar la independencia económica y moral de Francia.

Este autor ha abogado por abandonar la Unión Europea en varias ocasiones o, en caso de no hacerlo, recuperar la postura reticente que mostraba el presidente Charles de Gaulle durante los primeros compases de la V República Francesa. Por eso mismo, Zemmour se declara Gaullista, en tanto que considera que este mandatario si defendió la soberanía al país.

Economía- Antiliberalismo

Continuando con la idea de la soberanía, Zemmour se declara como “antiliberal”, alegando que el estado, en tanto que representante de la voluntad popular o, mejor dicho, guardián de sus esencias nacionales, debe llevar a cabo una política económica y social activa. Su consideración económica es la del “Colbertismo”, entendiendo que el estado debe llevar a cabo una política económica activa, actuando como un agente fuerte y superior al sector privado. En este sentido, focalizando su actuación aquellas industrias y sectores que se consideren claves para asegurar la “soberanía” francesa y su capacidad de no depender de empresas multinacionales.

Tendencias sociales- Antifeminismo y oposición al Islam

De acuerdo con Zemmour, estos dos elementos son dos de los más peligrosos exponentes de la decandencia moral de Francia y de occidente en su conjunto.

Para Zemmour el feminismo- y la ideología de género, siendo habitual que las equipare- ha destruido los valores y estructura social tradicional del país galo. En una lucha “egoísta” de las mujeres, se habría acabado- o se buscaría hacerlo- con los elementos fundacionales de la cultura y sociedad francesa. Si bien nunca ha afirmado tajantemente estar en contra del divorcio o de que las mujeres trabajen, en varias ocasiones ha afirmado que ambos elementos son perjudiciales para los varones en tanto que; o pierden sus trabajos o son arruinados en los procesos de separación al estar ellas más protegidas.

Con respecto al islam, Zemmour ha mostrado una oposición frontal. Siguiendo las tesis del filósofo Guillaume Fayé- gran representante de la Nouvelle Droitte- Zemmour se suma a las críticas a la presencia de musulmanes en Europa alrededor de dos elementos.

Primero, considera que estos grupos son incapaces de integrarse, no tanto por la posibilidad sino por la intención. Estos individuos colocarían su fe por encima de su adscripción nacional, siendo imposible integrarlos en tanto que la unión entre política y religión islámica- la ley sharía- sería la única opción que estos grupos admitirían. Por lo mismo, Zemmour se opone a la inmigración de población islámica en tanto que al no ser posible su integración, traerlos a Francia acabaría causando la creación de guetos y, eventualmente, la dominación cultural.

Alrededor de esta última idea Zemmour plantea su segunda oposición. La población islámica originaria de países norte africanos y de la península arábiga estaría teniendo hijos a un mayor ritmo que la población caucásica autóctona, por lo que, paulatinamente, se iría perdiendo la mayoría blanca en Francia. De acuerdo con sus tesis demográficas, si esto no se detiene pronto, en varias décadas Francia sufriría una “colonización” de población islámica que acabaría poseyendo el control del país.

 

 

 

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