El PSOE trata desesperadamente de distanciarse de Antonio Miguel Carmona para tapar el último caso de puerta giratoria del partido y acusa a Iberdrola de intentar desprestigiar al presidente Pedro Sánchez con este fichaje.
Hace unos días se conocía el fichaje de Carmona como vicepresidente de Iberdrola, el famoso militante socialista madrileño ya se había separado de la primera línea del partido desde hace algunos años, pero eso no ha evitado que todos hayan categorizado el caso como una nueva puerta giratoria en la política española.
El socialista recibirá un cargo ad hoc de vicepresidente, ya que este puesto no existía previamente en Iberdrola. Y, aun no tratándose realmente de una puerta giratoria, ya que Carmona nunca ha estado en un puesto que le permitiese otorgar algún beneficio a empresa alguna, desde el PSOE ha recibido los más duros reproches por ello.
Era bien sabido que Pedro Sánchez nunca había hecho buenas migas con Carmona, la prueba más clara de esto es que desde que Sánchez llegó al poder en el partido, el economista se vio no solo retirado de los puestos de responsabilidad, sino que fue condenado a un ostracismo político. Y ahora, con la posibilidad de abandonar el partido que lo apartó, es comprensible que haya aceptado un puesto en la compañía eléctrica.
Desde Ferraz, se ha apostado por cargar una vez más contra Carmona, asegurando que “Es un militante de base que hace tiempo no representa ni al PSOE ni a su militancia. Y nunca ha representado a la actual dirección”, expuso este lunes la nueva portavoz en el Senado, Eva Granados. “Sus decisiones son a título individual; si nos hubiera consultado, le habríamos dicho que no. El Gobierno ya tiene interlocución fluida con las eléctricas antes, durante y después de este nombramiento. No es ningún tipo de interlocutor de nada”, añadió. Por su parte, el presidente de Asturias, Adrián Barbón señalaba que “Me parece una vergüenza, siento vergüenza ajena. Lo que está claro es que ni representa al PSOE ni obedece a su dirección política”.
Además, los socialistas han visto en este movimiento una provocación. Aseguran que Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, buscaba utilizar el nombramiento como un intento de desprestigio al Gobierno actual. En un momento de tensión creciente entre el Ejecutivo y las eléctricas, Ferraz ha optado por achacar la contratación a un acto deshonesto que pretende erosionar al Gobierno. Sánchez Galán afirmaba horas después que su compañía está “abierta al diálogo y a alcanzar un marco regulatorio estable y predecible” ante el “terrorífico intervencionismo” por parte del Ejecutivo.
