El aborto en tiempos de Ayuso

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Hace un par de años me estrenaba con mi primer artículo en el que hablaba sobre el aborto, tema polémico en el que todos acabamos tomando partido por una de las dos posturas más extendidas en la sociedad: quienes están a favor y quienes están en contra (lo cierto es que sería más interesante debatir sobre las condiciones que han de cumplirse para estar a favor, pues estar a favor no es estar siempre a favor, como ha defendido en twitter en multitud de ocasiones el profesor de filosofía Santiago Navajas).

Por aquel entonces mi postura era similar a la de ahora, defendiendo el derecho a decidir por parte de la madre, que al fin y al cabo son las que tienen la última palabra. A mi parecer, esa es la postura que debería defender todo liberal, ya que últimamente cada vez más (pseudo)liberales están en contra del aborto, priorizando el derecho a la vida del nasciturus sobre el derecho a elegir por parte de la madre. De igual forma que todo conservador debería estar teóricamente en contra del aborto, pues supone un atentando contra la vida si nos basamos en convicciones religiosas. Así pues, liberales (y progresistas) a favor y conservadores (y pseudoliberales) en contra. Pero la cosa no acaba ahí. Se puede adoptar una postura intermedia, como la de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid quiere que las mujeres decidan libremente si abortar o no (clara defensa del derecho al aborto), dándoles todas las ayudas posibles para que abortar sea la última opción posible (ayudas económicas, consejos psicológicos y médicos, etc.). Dado que prohibir no soluciona nada, Ayuso defiende así tanto el derecho a la vida como el derecho a elegir libremente si abortar o no, dentro de un plazo de 3 meses, como establece la ley. De igual modo que no va a obligar a ningún médico a practicar ningún aborto si esto va en contra de su conciencia.

Por mucho que los abortos estén prohibidos y penalizados, siempre los ha habido y siempre los habrá. Perseguirlos solo hará que se produzcan en peores condiciones, que pondrán en peligro la vida de la madre. La derecha no entiende que prohibir no es sinónimo de eliminar, ya que también quieran prohibir las drogas para acabar con ellas (estrategia claramente ineficaz, como puede observar cualquier ciudadano al pasear por la calle). Algo similar le ocurre a la izquierda con el tema de la prostitución, pues pretende abolirla sin darse cuenta de que prohibir solo manda a las prostitutas a la clandestinidad y en peores condiciones, pero eso ya es otro tema.

Por eso Isabel Díaz Ayuso, asesorada cada vez mejor (cabe destacar la presencia de liberales de la talla Manuel Llamas, Irune Ariño o J.L.Zafra dentro del gabinete de hacienda que dirige Lasquetty) defiende una postura realista y coherente, siendo esta postura la de un conservador que vive en el siglo XXI.

 

 

 

 

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Estudiante de ADE de la Carlos III. En mi tiempo libre suelo leer sobre economia, politica, filosofia, psicologia, historia contemporánea. A medida que he ido leyendo me he acercado más al liberalismo clasico, si bien es cierto que estoy a medio camino entre este y la socialdemocracia de Rawls o Keynes.

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