Liberland: el paraíso liberal

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Existen pocas micronaciones en el mundo, un puñado de ellas que pueden ser contadas con los dedos de la mano. No obstante, entre todas, una de las que más destaca es Liberland, el proyecto de un activista checo de crear una nación basada en los preceptos teóricos liberales más radicales. El sueño de un nuevo país en el este de Europa que busca el reconocimiento internacional y la autonomía frente a sus vecinos.

La República Libre de Liberland. Este estado, pese a lo rimbombante de su nombre, es un proyecto real iniciado por el político y activista Vít Jedlička con el objetivo de crear un país que se sustente sobre los dogmas del liberalismo de corte más libertario o el anarcocapitalismo en el este del continente europeo.

Vít Jedlička, fundador de Liberland

Liberland fue dada a conocer al mundo en el año 2015 en una conferencia realizada en la Escuela de Economía de Praga y actualmente ocupa un terreno de 7km2 entre la frontera de Serbia y Croacia, en un territorio que se encuentra en el margen izquierdo del río Danubio. Estos terrenos alrededor del río han sido reclamados por ambos países desde el 1947, no obstante, esa zona particular de 7km2 no ha sido solicitada de forma explícita ni como parte de una entidad mayor, y es aquí donde Jedlička ha encontrado la base para sus reclamaciones. De acuerdo con este político el territorio no pertenecería legítimamente a ninguna nación y aplicando la doctrina Terra Nullius (tierra de nadie), muy habitual durante la época de las colonizaciones, ha solicitado que como el ha sido el primero en reclamar su posesión, esta zona le debe ser otorgada.

Situación geográfica de Liberland

La doctrina Terra Nullius, en la actualidad un anacronismo legal, fue utilizada asiduamente durante la época del descubrimiento de américa o las colonizaciones en áfrica. De acuerdo con este planteamiento jurídico, todo terreno que no posea una titularidad o sea parte de otro estado en base a la costumbre, es susceptible de ser reclamado por alguien que podría ocuparlo legítimamente y desarrollar allí su actividad. Como ya se ha dicho, en la actualidad este concepto ha perdido prácticamente su validez, en tanto que choca con el derecho internacional en caso de territorios pertenecientes a estados más asentados, y en lugares donde los estados no se han desarrollado, como por ejemplo algunos lugares de África, Sudamérica o Indonesia, se enfrenta también a doctrinas legales que buscan defender la entidad territorial y poblacional de las tribus indígenas.

Volviendo a Liberland, cabe destacar una serie de elementos que la vuelven muy destacable entre otras micronaciones. Mientras que muchas otras micronaciones como por ejemplo Sealand se han pretendido convertir en monarquías, principados o, cualquiera otra forma de gobierno que asentase a su fundador como líder absoluto, Liberland no ha sido así. Jedlička, miembro del Partido Checo de Ciudadanos libres y conocido por su defensa a ultranza de los valores liberales, ha pretendido constituir en su pequeño país una democracia constitucional con elementos de participación directa, como los referéndums legislativos. Igualmente, frente al carácter aislacionista de la mayoría de las micronaciones, el proselitismo realizado por Liberland ha sido destacado y relativamente exitoso. De acuerdo con datos proporcionados por el diario The Guardian más de 550.000 personas habrían solicitado la ciudadanía liberlandesa en la actualidad, ya que para ser mimbro de este estado tan sólo se debe rellenar un formulario a través de su página web y esperar respuesta.

No obstante, la mayoría de la fama lograda por este proyecto de país se debe a su particular concepción del estado que se pretende crear. El dogma fundador de Liberland no es la democracia cristiana o la socialdemocracia, como en la mayoría de países de Europa, sino una combinación, como ya se ha dicho, de liberalismo y anarcocapitalismo. De acuerdo con su fundador, y con el lema del estado “vive y deja vivir”, el nuevo país sería un paraíso de libertades civiles y económicas. Los ciudadanos no tendrían que pagarle al estado una cantidad en relación con sus ganancias o con la actividad realizada dentro del territorio, sino que el pago de los impuestos sería plenamente voluntario. De acuerdo con Jedlička los ciudadanos de la república tan solo abonarían la cantidad que ellos considerasen oportuno en relación con los servicios que recibiesen del estado. Igualmente, las libertades civiles y la propiedad privada se encontrarán por encima de la voluntad del estado o los partidos políticos, siendo blindados por la Constitución y nunca pudiendo ser contravenidos. De hecho, en el título segundo de su Carta Magna se establece que la ley no puede actuar sobre los acuerdos libres entre personas o el propio deseo de un individuo de hacer consigo mismo lo que quiera, siempre y cuando esto no conlleve el daño a una persona o animal. Asimismo, el proyecto pretende tener como divisa propia una criptomoneda, o sumarse a algunas de las ya existentes, para poder reducir el tamaño del estado.

Bandera de Liberland

Así, esta república ha encontrado el apoyo de muchos partidos políticos e instituciones de corte anarcocapitalista o liberales en todo el mundo. Destacables han sido al apoyo del Partido Libertario en España, el cual solicitó su reconocimiento oficial por parte del estado, o el apoyo de sectores de los partidos Republicano y Libertario en los Estados Unidos. Jedlička ha logrado, por ejemplo, ser invitado a eventos de corte liberal por todo el mundo, llegando a mantener contacto con Ron Paul, varias veces candidato a la presidencia, y uno de los principales impulsores del “Tea Party”, un movimiento de corte liberal extremo norteamericano que en los últimos años ha cobrado mucha fuerza.

Pese a esto, Liberland no ha logrado su objetivo de ser reconocida como nación, y los intentos de Jedlička han sido frenados por Croacia y Serbia. Aquellas personas a las cuales les ha sido concedida la nacionalidad son incapaces de llegar al territorio, pues la policía de ambos países les intercepta y encarcela, si bien para liberarlos poco después. Asimismo, ambas naciones han iniciado un proceso diplomático para impedir que Liberland obtenga reconocimiento, cosa que parecen haber logrado, pues desde su fundación “oficial” en 2015, poco más que un par de micronaciones la han reconocido. De hecho, tan solo Sudán del Norte, Sealand y el Reino de Enclava han reconocido oficialmente a este país, quedando aún mucho camino para que se pueda considerar a Liberland como algo más que un proyecto interesante y curioso presente en la sociedad internacional.

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