Debemos regenerar España

Carlos Hernández opina sobre el futuro de España. ¿Es necesaria una regeneración?

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En estos momentos de la historia, España se encuentra sumergida en tres graves crisis, la económica, la social, y la política, las cuales han sido causadas por el descrédito de la clase política, lo que ha llevado al agotamiento de la sociedad española. Es en este punto donde muchos se cuestionan qué necesita nuestro país para dejar atrás esta angustiosa etapa, y empezar a escribir una nueva hoja de nuestra historia. Y lejos de ambigüedades, creo personalmente que el futuro de España pasa por medidas trascendentales, de izquierdas, de derechas, y de centro. Sólo así podremos buscar la libertad de los ciudadanos, y acabar con el nacionalismo y la mediocridad.

Si analizamos el punto de partida, observamos que hay algo que une a la inmensa mayoría de la sociedad española – incluidos los más escépticos – y es el hecho de no permitir que los extremos tradicionales decidan nuestro futuro, ya que son estos los grandes protagonistas de los agotados y agotadores escándalos que marcan la agenda política.

La mejor manera de desarrollar las reformas y las regeneraciones que nuestro país ansia es de la mano de los jóvenes, los máximos garantes de la renovación, quienes sabrán jugar con las infinitas oportunidades que tiene España, y a quienes debemos encomendar la trascendental tarea de escuchar las inquietudes de los ciudadanos. Y es que, aunque a muchos les suene raro, los jóvenes no sólo tenemos ganas de ser escuchados, sino que también queremos escuchar a los demás.

Otros de los factores fundamentales en la renovación que nuestro país necesita consiste en mejorar la imagen exterior, y para ello no hay mejor receta que observar atentamente los fenómenos que se dan en nuestro países vecinos y aliados como EEUU, Francia, o Alemania. Sin duda alguna, debemos aprender de ellos.

No es una utopía decir que hay muchos españoles con grandes ideas pero que necesitan un altavoz; y son precisamente esas grandes ideas las que deben ser el principal motor de las nuevas reformas. Hay que apostar por las nuevas tecnologías para poder escuchar con mayor eficiencia las demandas de los empresarios y los trabajadores, protagonistas del día a día de nuestro país.

Es evidente que nuestro sistema político es uno de los grandes elementos a reformar de arriba abajo, y para ello hay que establecer una política directa entre representantes y representados, acabando con los intermediarios. Precisamente por eso creo que tampoco es una utopía el hecho de escuchar a cada uno de los votantes, entendiendo sus prioridades, y basando en estas las políticas a realizar. Se me ocurre, por ejemplo, la creación de un grupo de discusión masiva, cuyo principal objetivo debe ser medir la temperatura del país, conectando a los políticos con las necesidades reales de los ciudadanos, las cuales deben ser entendidas y tomadas como la base de cualquier política. Sin lugar a dudas estoy convencido de que este sistema aprovechará al máximo las grandes ideas de nuestros compatriotas.

Hay que sacar a España de la continua contradicción, y para ello debemos despojarnos de nuestros miedos históricos. Los españoles tan solo tenemos que creer en nuestra fuerza, y la mejor manera de invertir en nuestro futuro es con un programa de centro radical, cuyos dos objetivos principales sea la reducción de puestos y la disminución del gasto público.

Personalmente, creo que los españoles están deseosos de despojarse del miedo, y quieren alcanzar algo nuevo. Ha llegado la hora de acabar con el excesivo y continuo pesimismo; debemos construir mensajes optimistas y positivos, cargados de energía e innovación. Los ciudadanos están hartos de discursos, tan solo quieren oportunidades.

Los españoles, juntos, debemos frenar los mensajes antiinmigración, antieuropeos, y antisistema, y tenemos que tener claro que tan solo alcanzaremos eso si iluminamos España y le ponemos música pop a todo volumen. Es fundamental dejar atrás los lanzamientos de botellas y bengalas, la fuerte presencia policial fruto de la inseguridad en actos políticos como los que se dan en el País Vasco y Cataluña, la oscuridad, y el odio; sobretodo esto último, el odio.

Antes hablaba de utopías, y es evidente que no existe un mundo perfecto donde todos estemos de acuerdo en todo, y es que debemos de partir de la base de que las discrepancias son sanas en democracia. España tan solo debe apartar de la vida pública a los grandes brujos del miedo. Debemos acercarnos más a la Unión Europea y al mundo, en definitiva, a las nuevas ideas. O renovamos España, o volverán a vencer los extremos, la debilidad, y la división.

 

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Estudiante y escritor. Ciudadano que cree en la libertad y la igualdad. Andalucía es mi tierra, España es mi país and EU is our future

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