Nunca he leído a Juan Antonio Pérez-Bonalde para venir a copiarle el título de su poema y tomarme la licencia de cambiar una letra que tanto da que hablar, pero me venía bien para empezar este espacio.
Hoy, sábado 13 se reunían en Valencia las políticas más reconocidas a la izquierda del PSOE en un acto llamado «Otras Políticas». Las cabezas de cartel fueron Ada Colau, Mónica García, Mónica Oltra, Yolanda Díaz y la desconocida Fátima Hamed. Desconocida pero necesaria, porque los complejos heredados del alfa Iglesias obligaron a meter con calzador una cuota racial que colorease su normativo panel copado de mujeres cis y blancas. Porque para estas Otras Políticas vicepresidentas, alcaldesas y cabezas de lista, lo destacable de Hamed no es su cargo de diputada regional (podrían haber elegido a otras diputadas autonómicas como la burgalesa Domínguez Arroyo o a más ministras) ni sus logros profesionales (puede presumir de trayectoria en la abogacía, algo poco común entre los cargos de Podemos); tampoco importa que sea tan española como Mónica García. Para las Otras Políticas lo destacable de Hamed es que es musulmana y lleva velo.
Qué más daba que Elisabeth Warren fuese una pre-candidata a la Casa Blanca acaudalada, de clase alta y tan blanca como el 90% de los otros candidatos. ¡Tenía ADN amerindio!
Aportaba a las primarias demócratas el color y el exotismo con que Hamed barniza el acto de las Otras Políticas. «Miradnos, somos más plurales que nadie: tenemos una mora».
Lo mismo hizo VOX con un negro.
Imagino que hablarán de la política de los cuidados, la sororidad de lo público y otras mezclas de palabras azarosas que abundan en su vacuo concepto de feminismo, porque de gestión eficiente no pueden emitir un solo mensaje. No al menos mientras la Barcelona de Ada Colau siga el sendero opuesto al progreso convirtiéndose en una de las ciudades con más delincuencia del país según el Ministerio de Interior y mientras España lidere en Europa los datos de paro juvenil con Yolanda Díaz al frente del Ministerio de Trabajo.
Imagino también que Díaz volverá a recuperar esa cosa suya de la Matria, otra ocurrencia que encaja en este aquelarre de personalidades sin logros políticos que Malasaña ha encumbrado tanto como a Carmena, y nosotros volveremos a otorgar a una M el valor que no le dábamos desde la M. Rajoy.
Aseguran que con este acto la vicepresidenta valenciana y anfitriona, Mónica Oltra, busca visibilizar la nueva forma de hacer política desde una perspectiva femenina y feminista (por supuesto, en esa perspectiva no caben Cayetanas, Ayusos, Arrimadas u Olonas), pero yo no dejo de ver en esta performance el intento de cuatro mujeres ambiciosas de hacerle la cama a quienes pretenden tutelar su acción política e independizarse: Mónica García se desharía del paraguas de Íñigo Errejón, que busca acorralarla a toda costa en la oposición madrileña al menos hasta las próximas generales para no tener rivalidad interna; Colau recuperaría el foco perdido tras sus desafortunadas y llorosas últimas intervenciones; Oltra dejaría de ser un apéndice casi olvidado del presidente Ximo Puig; y Yolanda Díaz por fin comenzaría a esbozar libremente la plataforma electoral que desea para competir contra Sánchez al margen del infantilismo y la inmadurez inextirpables de Podemos. Ni Ione Belarra ni Irene Montero están invitadas a la cena.
No comparto nada con la vicepresidenta Yolanda Díaz pero le deseo suerte en su intento de disputar espacio al PSOE. Me cae bien porque es una femme fatal y ese personaje aporta tramas interesantes a la novela, aunque sus nuevas aliadas de Otras Políticas no sean más que secundarias, con batallas propias más pequeñas, que se han aferrado a un nombre fuerte para no perder su espacio. Son los muebles del reality que generan indiferencia y hacen amistad con la favorita para colarse en la final.
Con todo esto, la única mujer del acto que tiene mi absoluta admiración es Carolina Ferre, la encargada de presentarlo. Aunque haya decidido subirse al barco de la extrema izquierda no puede decepcionarme quien imitó con un blackface de manual a King África en Tu Cara Me Suena.