Por Fernando María Gracia Climent
La planificación consiste en la previsión de las necesidades y/o actos necesarios en el futuro para determinada cuestión, en la actualidad en España parece que la improvisación es lo que prevalece en ámbitos vitales para el futuro. Este tipo de actuación es imprescindible para la actividad económica y todo lo que conlleva con sus interrelaciones. Unas relaciones muy sensibles a la falta de previsión y con consecuencias en multitud de factores relacionados.
España está a la cabeza del pelotón de países europeos con mayor grado de dependencia energética del exterior dentro de la Unión Europea. Estamos obligados a importar el petróleo que necesitamos y lo mismo que sucede con el gas. Esto hace que nuestra economía sea extremadamente vulnerable y dependiente. Cuestiones como la competitividad dependen de factores externos por falta de una planificación adecuada a la vista de los resultados y la evolución del problema.
Actualmente está en vigor el documento de Planificación Energética. Plan de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2015-2020, sometido al Congreso de los Diputados el 29 de septiembre de 2015, y aprobado el 16 de octubre de 2015 mediante Acuerdo del Consejo de Ministros. La Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico, tiene en cuenta disposiciones sobre la aprobación de posibles modificaciones de la herramienta de planificación de las redes de transporte de electricidad. Pero…
Las voladuras de las torres de refrigeración de diferentes centrales térmicas que se han producido en España en las últimas semanas, y que forman parte de su proceso de desmantelamiento, mientras, algunas compañías ponen en marcha otra vez centrales térmicas de carbón. Un ejemplo sería la acumulación por parte de Endesa de cerca de 60.000 toneladas de carbón para reiniciar la central térmica de As Pontes. Todo parece bastante absurdo. Se está “parcheando” allí donde la planificación ha fallado estrepitosamente.
Desde hace ya varias décadas el futuro de la energía en nuestro país ha sido una hoja arrastrada por el viento dominante. Intereses políticos y encuadres presupuestarios, además de cuestiones de imagen propagandística como la moratoria nuclear (suspensión temporal del desarrollo de políticas de construcción y puesta en marcha de centrales nucleares), parecen haber sido la guía en la que basar las políticas energéticas. El alto coste fiscal para el consumidor podría ser un indicativo serio de ello.
El ejecutivo de Sánchez rebajó el IVA de la factura de la electricidad de 21 al 10% primero y meses después, al verse insuficiente la medida para contener la escalada del precio de la electricidad, recortó el impuesto sobre la electricidad. Medidas temporales y de dudoso efecto para la ciudadanía puesto que el problema es estructural. Ahora se empieza a hablar que los precios del gas natural deberían, de la misma forma, tenidos en cuenta a efectos de rebajas del estilo de las aplicadas en el sector eléctrico.
El fracaso del plan de transición energética del Gobierno de Pedro Sánchez es más que evidente juzgando los efectos producidos, el horizonte de futuro actual y el alto coste para la ciudadanía.
Aunque el mundo se enfrenta a un problema energético, en España éste se ve más agravado porque no ha habido una transición adecuada y adaptada a las necesidades reales. Europa adolece de la misma “enfermedad” aunque los síntomas puedan variar de un estado a otro. Es la debilidad del viejo continente frente a, por ejemplo, el gigante asiático. China planea construir más de 150 nuevos reactores nucleares en los próximos 10 o 15 años. Sin energías limpias, abundantes y de coste razonable la industria se ralentiza y pierde competitividad. Alemania, después de Fukushima, optó por una desnuclearización acelerada que se culmina en breve. El resultado, ya visible de ello, es que se ha vuelto al uso de las térmicas de carbón, en parte importado, y que como resultado trae el hecho de que actualmente Alemania ha vuelto a parámetros de contaminación de 2011.
China, ha apostado fuerte, y parece que gana la partida, la doble partida de la suficiencia energética y la ecológica. Apuesta por la combinación de energías eólica, solar y nuclear. Mientras, la Unión Europea debate si incluir la energía nuclear como energía ecológica. También el factor tiempo juega en nuestra contra.
En un mundo globalizado como el que vivimos todo está interrelacionado. Es inevitable que la cuestión energética influya, al final de la cadena, en toda la ciudadanía de maneras múltiples. En España, además ahora, debemos contener la respiración ante los efectos que el conflicto entre los dos vecinos norteafricanos, Argelia y Marruecos, no llegue a más y nos salpique aún más a través del suministro del gas argelino. La visita reciente de la ministra del Gobierno de España, responsable de Transición Energética, Teresa Ribera, a Argelia tuvo infructuosos resultados para garantizar el uso del gaseoducto argelino que pasa por territorio marroquí. Las consecuencias de un conflicto abierto serían imprevisibles y seguro, muy negativas para nuestra economía.
Mientras en “occidente” muchos se dejan guiar por “modelos” como la estudiante, subvencionada presuntamente por los lobbies del “ecologismo verde”, Greta, haciendo que otros adviertan del descarrilamiento que esto puede provocar en la marcha del futuro económico y social, tan dependientes de factores como la sostenibilidad energética, el seguir recetas no contrastadas.
Las preguntas que quizás debemos plantearnos son muchas y de diversa índole. Para empezar deberíamos plantearnos ¿Qué es lo que realmente queremos conseguir para nuestro futuro y qué estamos dispuestos a hacer y sacrificar, si es necesario, para ello?
Otra pregunta interesante debería ser ¿Es posible, de manera sostenible, seguir dependiendo del exterior energéticamente hablando? ¿Podemos mantener e incrementar nuestro tejido productivo de manera competitiva partiendo de la situación actual sin cambios profundos propiciados dentro de una verdadera transición energética? ¿Podemos ser actores con capacidad plena en este mundo globalizado?…