Las dos visiones de venezuela de González y Zapatero

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[dropcap]E[/dropcap]l régimen de Nicolás Maduro siguiendo su postura intransigente y no pudiendo internamente aceptar más derrotas, por correr riesgo de desmoronamiento y se cuestione al líder, tumbó la ley de amnistía emanada de la Asamblea Nacional.
La criminalización de las protestas y de la oposición al chavismo fue la respuesta a la contestación al régimen, erosionando la credibilidad de los opositores acusándolos de violencia y de ir contra el orden público. Por tanto es muy difícil que ahora siguiendo esa línea argumental del régimen se saque a la calle a gente supuestamente peligrosa que hizo tales cosas.

Sin embargo la fuerza que ha adquirido la oposición y que se tradujo en su gran victoria electoral tiene contra las cuerdas al chavismo. Consciente Maduro de que vetar simplemente la ley de amnistía, proyecto capital de la oposición, es contraproducente provocando tanto mayores críticas internacionales, ahora que económicamente su país necesita más amigos que nunca, como que aumentará las protestas, ha puesto en marcha una comisión de la verdad. Invitando a ella al ex Presidente de Panamá y al ex Presidente de España.
¿Qué significa eso? Es una forma de rejuzgar a los presos políticos sin que parezca que el gobierno chavista se rindió y repartir las culpas, tratando de manchar a los opositores encarcelados, así como de dejar en libertad a los presos que considere oportuno el régimen.

Contrasta la postura de dos ex Presidentes españoles curiosamente del mismo partido; Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.
González defiende la línea dura contra el chavismo criticandolo duramente, denunciando que el régimen venezolano es una dictadura y combatiendolo ideológicamente. Siendo contrario a cualquier colaboración con él.
Por contra Zapatero es partidario del diálogo con el régimen de Maduro, buscando su liberalización progresiva colaborando con el chavismo, confiando en que con ello se creen las oportunidades para aflojar la tensión y democratizar al país.

Los dos puntos de vista tienen su lógica.
La crítica a un régimen dictatorial es siempre obligada por parte de un demócrata. No obstante mediar para conseguir aflojar una dictadura y favorecer una transición también es noble.
El fin de una dictadura puede darse mediante varias maneras; El desmoronamiento interno del régimen que facilite su derrocamiento. La oposición adquiere gran fuerza y derrota al régimen consiguiendo destruirlo. Se produce una liberalización desde el poder y se consigue pactar una transición con la oposición siendo esta un éxito o se descontrola cayendo en la violencia acabando en el derrocamiento del régimen.

La naturaleza y situación del régimen venezolano nos dará la respuesta.
La ideología en que se basa es de gran movilización social abogando por políticas que polarizan a la sociedad, mientras que desde el Estado se actúa fuertemente para afianzar el poder. Además el régimen ha tratado de vincular el Estado al partido.
Este tipo de regímenes es muy difícil de que por ellos mismos intenten una apertura y también de que los derroque la oposición. Sólo el desmoronamiento interno restándole apoyo social parece el camino más eficaz y pacífico para que se extinga.
El hecho se agrava con la personalidad y línea política de Maduro. Un burócrata vinculado al sindicalismo y muy ideologizado, más chavista que Chávez, siendo incapaz de hacer virar ideológicamente, transformando la creación de Chávez de un movimiento vivo, que pese a su base socialista podía mutar sin convertirse en ortodoxo, en una ideología asentada sin capacidad de evolucionar anclada en las últimas directrices creadoras de Chavez. Ello imposibilita más aún cualquier cambio.

Los caminos difícilmente son rectos y pueden entrecruzarse en ocasiones.
La oposición frontal al régimen chavista solo provocará violencia pues este se resistirá a perder el poder, y colaborar con el régimen venezolano solo provocará lavar su imagen facilitando que mientras tanto gane tiempo para volver a fortalecerse. Es necesaria una estrategia mixta.
Erosionar al régimen venezolano aprovechando su pérdida de apoyo por la mala marcha de la economía, no oponerse sistemáticamente a todo y no cargar directamente contra el chavismo pero sin participar en sus proyectos fantasma, respondiendo a sus muestras de fuerza, y proponiendo una alternativa atractiva. Con ello se lograría hacer perder el necesario apoyo en que se sustenta el régimen, dejarlo sin argumentos, sin tener la iniciativa y provocando que sectores del chavismo no teman a los nuevos tiempos y colaboren con la oposición causando el derribo del régimen.

 

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